martes, 27 de febrero de 2018

CUANDO DEJES DE QUERERME

Una joven argentina de origen vasco recibe una inquietante llamada: ha aparecido el cadáver de su padre, que aparentemente la había abandonado a ella y a su madre hace treinta y cinco años.
Tras este arranque, Cuando dejes de quererme es la historia de como Laura, acompañada por su padrastro, regresa a la tierra en la que nació dispuesta a remover los secretos de un misterioso pasado y a enfrentarse a sus propios fantasmas.
Dirigida por Igor Lagarreta en su primera película como director después de haber trabajado como director de segunda unidad en films como Zipi y Zape y la isla del Capitán o Autómata (de la que también fue autor del guion), la película alterna el drama familiar con el thriller criminal en una atmosfera perturbadora, logrando que los misterios se adentren en los paisajes boscosos de los alrededores de Durango con mucha más efectividad que películas de corte similar del año anterior como La niebla y la doncella o El guardián invisible. Se hecha en falta, sin embargo, un poco más de carga política en un relato que, por su localización y fecha, debería presentar los conflictos euskeras con más contundencia. La presencia de ETA sobrevuela la historia en todo momento, y hay escenas que incluso llegan a evocar al aroma de Patria, la afamada novela de Francisco Aramburu que está adaptando HBO, pero no son detalles suficientes como para reflejar la realidad de un país que, sin duda, deberían haber marcado mucho más la historia.
En lugar de ello, Lagarreta prefiere contentarse con contar una fábula de hallazgos detectivescos como excusa para desnudar el dolor de la protagonista al descubrir que no conocía nada de su pasado familiar y atreverse, después de mucho tiempo encerrada en sí misma, a volver a sentir, ya sea odio hacia todo lo que rodea la muerte de su padre, afecto por el hombre que ha sustituido durante tantos años esa figura paterna o incluso amor, permitiendo así que la película coquetee también con la subtrama romántica.
Bien narrada, con giros interesantes y buenas interpretaciones (resulta curioso ver al catalán Miki Esparbé haciendo de vasco, aunque con orígenes argentinos, aunque el personaje de Eduardo Blanco pueda llegar a resultar algo cargante), Cuando dejes de quererme es una interesante y triste película que, sin llegar a inventar nada, logra entretener y mantener el interés hasta el final, sin llegar a resentirse de los diversos saltos temporales (hay presentes tres épocas diferentes) que la componen.

Valoración: seis sobre diez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario