lunes, 5 de febrero de 2018

AMITYVILLE: EL DESPERTAR

El 14 de noviembre de 1974 una familia fue brutalmente asesinada por Ronald DeFeo, el hijo mayor, en el 112 de Ocean Avenue, en Amityville, en el condado de Suffolk, Nueva York. En el juicio posterior aseguró que la casa le había ordenado que lo hiciese y el caso se popularizó a raíz del libro que Jay Anson escribió sobre lo sucedido, El horror vuelve a Amityville donde se narraba lo sucedido a la familia Kutz, los siguientes propietarios de la casa maldita y donde se hablaba de casos de levitación, posesiones, poltergeist y exorcismos.
Poco importó que se demostrara que todo había sido un fraude. La leyenda urbana ya estaba instalada y la película Terror en Amityville de 1979 terminó por instaurarla en el imaginario colectivo. Desde entonces, ha habido toda una serie de películas (he leído por ahí que hasta dieciséis entregas, pero no me he molestado en comprobarlo), un remake y alusiones directas en: Expediente Warren 2: el caso Enfield.
No está muy claro si la película que llega ahora Amityville: el despertar, es una nueva continuación de la saga o un reboot. Probablemente, debido a los problemas de producción que incluso estuvo a punto de hacerla desaparecer sin llegar a ser estrenada, ni ellos mismos lo supieran. El caso es que estamos ante una vuelta de tuerca a la historia, ya en la actualidad, donde se referencian los hechos acontecidos en el 74 y, en un curioso metalenguaje, se incluyen tanto la novela de Anson como la película protagonizada por James Brolin. De nuevo, viva la originalidad, una familia se instala en la casa de marras y empiezan a pasar cosas chungas, con el hijo mayor, en coma tras un violento incidente, como eje central.
Simple, tópica y con interpretaciones muy justas (pese a contar con una desmedida Jennifer Jason Leigh, la misma que fue nominada al Oscar hace apenas un par de años por Los Odiosos Ocho) lideradas por Bella Thorne, antaño cantante y actriz Disney, lo mejor que se puede decir de la película es que no ofende. No alcanza a ser una estupidez a las que el cine de terror nos tiene acostumbrados y aunque es muy justita le basta para ser, posiblemente, la mejor película inspirada en Amityville después de la original de Stuart Rosenberg. Son pocos valores para un film basado, como no, en los jumpscares, trucos de efectismo barato y una buena caracterización del chico protagonista. Poco más se puede decir de una película que nació como un found footage en 2012 y se deja ver sine mocionar y que, por lo menos, tiene una duración muy ajustada.

Valoración: Cinco sobre diez.

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