Dirigida por Shawn Levy (un habitual de la comedia hasta que se cruzó en el camino de Stranger things) y concebida (aparentemente) como vehículo de lucimiento para Ryan Reynols, es muy tentador equiparar Free Guy (tal y como han hecho muchos medios) como una especie de El show de Truman pero con videojuegos.
Es
cierto que el referente es claro, pero puestos a comparar yo me acordé antes de El último gran héroe, donde el protagonista descubría que en
realidad era un personaje de ficción cinematográfico que en cierto momento
llegaba a interactuar con su yo real, brillante Schwarzenegger. Obviando el
inteligente (e incomprendido) metalenguaje del film de John McTiernan, Free Guy juega a algo parecido,
acariciando también otros referentes como pueden ser Rompe Ralph o La Lego película,
siendo otra más que emplea el truco ya clásico del bucle temporal de Atrapado en el tiempo de Harold Ramis.
Con
tanta mezcla de referencias y evidenciando un tono visual bastante cercano a
las Deadpool que protagoniza el propio Reynols, sería fácil pensar que estamos
ante otro batiburrillo de referencias nerds
dignas de Ready Player One con un
exceso de efectos visuales agotador.
Nada
más lejos de la realidad: Free Guy,
con Matt Lieberman y Zak Penn firmando el libreto, demuestran que también el blockbuster sin más finalidad que la de entretener
merece un buen guion. Y es que todo lo que estos dos señores proponen termina
por traducirse en un acierto tras otro.
Por
un lado, tenemos un personaje
protagonista que podría resultar cargante, pero cuya escritura y la aportación
de Reynols lo convierten en alguien con quien se empatiza desde el primer
momento. Además, no es tan omnipresente
como se podría imaginar y el coprotagonismo de Jodie Comer así como el uso en
roles secundarios de Lil Rel Howery, Joe Keery y Utkarsh Ambudkar permite
ampliar la aventura hacia la crítica social, la conspiración empresarial, los influencers gammers, el drama y hasta da
cabida a una trama romántica muy sencilla pero encantadora.
Pero
esto de lo que realmente va es de pasárselo bien, y desde luego que Free Guy lo consigue, creando una
emocionante aventura en la que los protagonistas deberán salvar la propia
existencia de un mundo que toma muchas cosas prestadas a Grand Theft Auto con un sentido del humor desternillante. Son
muchos los cameos de famosetes que animan el cotarro, pero la última gran baza
del film es la presencia de Taika Waitiki en el papel de villano.
Sumémosle
a esto unos FX de primera que saben estar
al servicio de la historia, apabullantes pero sin llegar a agotar nunca y un
clímax final mucho menos descontrolado de lo que cabría esperar, y el resultado es que estamos ante la
propuesta más divertida, refrescante y aconsejable del verano.
Valoración:
Ocho sobre diez.
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