Bueno, pues se acabó lo que se
daba. Ha sido una noche larga y cansada, pero repleta de emociones.
La gala ha sido amena, con
Ellen De Generes derrochando simpatía y mucha proximidad con el público, hasta
el punto de llegar a fotografiarse con los actores y twitear las fotos al
momento. Quizá sea por la proximidad con la insoportable gala de los Goya, pero
la noche se me ha antojado bastante llevadera, en parte gracias al hecho de que
los actores que pasan por el escenario no se limitan a leer las nominaciones
(como en España) sino que se permiten algún chiste o comentario (sin
discursitos reivindicadores de postureo como aquí). Además, se ha recuperado la
buena costumbre de amenizar la gala con las actuaciones musicales de los
cantantes o grupos nominados a la mejor canción (con la ausencia de Demi
Lovato) más un par de homenajes como el correspondiente a El
Mago de Oz de la mano de Pink para celebrar su 75 aniversario o el tema interpretado
por Bette Midler tras el clásico y triste recuerdo a los fallecidos en el
último año (con el imperdonable olvido a Sara Montiel).
Hasta el momento de llegar a los grandes premios la gala ha
transcurrido sin demasiadas sorpresas. Gravity
se ha llevado todos los premios técnicos (cinco de seis), Frozen ha sido la mejor película de animación y La gran belleza ha traído hasta Italia
el premio a la mejor película de habla no inglesa. El gran Gastby se ha llevado los caramelitos del vestuario y el
diseño de producción y Jared Leto hacía buena su apuesta como mejor secundario
por Dallas Buyers Club, que también
se había hecho con el maquillaje y peluquería. El punto de emoción lo había
puesto el premio a la mejor secundaria para Lupita Nyong’o, una actriz que debutaba
en el mundo del cine con 12 años de
esclavitud. Algunos auguraban que ese sería el disparo de salida para la película
de Steve McQueen, aunque lo que sí parecía presagiar era una noche negra para La gran estafa americana, cuya apuesta
principal era en el apartado interpretativo y veía como, de momento, Bradley
Cooper y Jennifer Lawrence se iban de vacío.
Era el momento de los premios gordos y Gravity no parecía dispuesta a pisar el freno, consiguiendo el
primer premio artístico gracias a su música mientras que la canción Let It Go
de Frozen dejó con cara de pasmados a
los chicos de U2.
Fue en el momento de analizar los libretos cuando 12 años de
esclavitud inauguró su casillero, aunque el premio más merecido fue el guion
original para Spike Jonze y su brillante Her,
aunque era importante señalar que Gravity
no competía en estas categorías, por lo que sería precipitado ver una señal en
el premio para la película sobre la esclavitud.
Sí había quienes interpretaban la presencia del gran Sidney
Poitier (acompañado de la homenajeada con un Oscar honorífico por su labor
humanitaria Angelina Jolie) como una señal de que el premio tenía ya un nombre
se equivocaron de lleno. Estaba siendo la noche de Gravity, que llevaba ya siete premios y nadie le podía quitar ya el
aura de gran vencedora. Se esperaban unos premios repartidos, pero a la espera
del Gordo de Navidad, el de mejor película, La gran estafa americana era la
primera perdedora de la velada. Amy Adams no dio la sorpresa y la gran dama de
la interpretación, Cate Blanchett, se llevó su merecidas estatuilla, que
naturalmente le agradeció a Woody Allen, mientras que Leonardo Di Caprio volvió
a quedarse sin premio que recayó, como todos esperaban, en Matthew McConaughey,
de manera que el reparto multinominado del film de David O. Russell se quedó
con dos palmos de narices. Demasiado premio era ya tanta nominación.
Will Smith ha tenido el privilegio de poner el punto y final
a la gala con la abertura del gran sobre, el de mejor película. Tras tres horas
y media de gala, con reparto de pizza entre el público incluida, iba a terminar
por todo lo alto. Y vaya si lo hizo…
12 años de esclavitud, que hasta ahora se había conformado
con el guion y el premio para Lupita (nacida en Mexico, por cierto, igual que
Cuarón) ha acabado llevándose el gato al agua y, contra todo pronóstico viendo
como estaba avanzando la noche, ha sido elegida la mejor película del año.
Ha sido, además, el primer Oscar para Brad Pitt, productor.
Al final, tres premios para 12 años de esclavitud incluyendo el de mejor película contra los
siete de Gravity, entre ellos el de
director.
Por detrás quedan los tres premios para Dallas buyers club, dos para El
gran Gastby y Frozen y uno para Her, Blue
Jasmine y La gran belleza. El lobo de Wall Street (que ya se lo
esperaba), David O. Russell y U2, los grandes perdedores y Lupita Nyong’o la
sorpresa más impactante. No hubo Oscar español para el mejor cortometraje pero
si una presencia hispana por encima de lo habitual. Y buena nota para la
presentadora. Seguro que ningún académico español habrá hecho el esfuerzo de
aguantar la noche despierto para tomar nota…
Y hasta aquí hemos llegado. A partir de ahora llega el tiempo
de reflexionar sobre la justicia o no de los premiados y las valoraciones,
siempre a la espera de que se estrene por fin Dallas buyers club que sigue en el tintero.
Yo, por mi parte, me voy a dormir. Creo que me lo merezco,
¿no?
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