Muy
desapercibida ha pasado esta película por las carteleras españolas, a las que
ya llegó, por cierto, con bastante retraso. Y no es porque su calidad sea mala,
pues no es el caso.
La conspiración de noviembre es una buena película de espías, con buenas
interpretaciones, escenas de acción y un argumento inteligente. El problema que
tiene es que parece fuera de época, poseedora de un clasicismo pasado de moda
que nos transporta a finales del siglo pasado y cuya elección del actor protagonista,
Pierce Brosnan, no es que ayude demasiado.
Basada
en una serie de novelas del género (con la evidente intención de convertirlas
en saga cinematográfica, cosa que dudo mucho llegue a buen puerto) firmadas por
Bill Granger, La conspiración de
noviembre nos devuelve al Brosnan (también productor) más recordado, aquel
al que le sentaba tan bien el traje de Remington
Steel y que parecía haber nacido para ser James Bond, aunque probablemente
no será el más recordado de ellos.
Brosnan
brilla con luz propia, agradeciendo que su personaje se adecue a su edad
actual. Pero ello arrastra un problema: interpretar a un héroe cansado y de
vuelta de todo puede contagiar a la propia película, y así el mismo espectador
termina por sentirse cansado y de vuelta de todo, comprobando que no nos están
contando nada nuevo y que por mucho que se busque nada hay en el film que pueda
dejar poso, aparte de una notable violencia algo más explícita que en las
películas a las que homenajea (imita) de la década de los noventa.
Heredera
directa de Tom Clacy, John LeCarré o el propio Ian Flemming, La conspiración de noviembre es un buen
producto de entretenimiento, un deleite durante su degustación pero de la que
apenas nos acordaremos pasados unos pocos meses, pese a contar con la siempre
interesante participación de Olga Kurylenko, curiosamente una chica Bond de la
etapa Craig.
No
es un peliculón, pero personalmente siempre he sentido algo de debilidad por
Brosnan, y verle de nuevo enfundado en un traje, pistola en mano, en
situaciones adrenalíticas ya me bastan para disfrutar durante algo menos de dos
horas de película.
Y
cuando termina, a otra cosa, mariposa, y todos tan felices.
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