La
recomendación de este mes proviene de Isa, una compañera de trabajo que se
extrañó mucho de que no la hubiese visto y me instó a hacerlo, asegurando que
no me iba a defraudar. Desde luego que conocía de antemano la película, aunque
en su momento no me interesara demasiado (y no porque sea de los que recelan
del cine español, bien lo sabéis). Así que en el comentario de hoy no solo
hablaré sobre la película sino también sobre por qué no la vi en su momento,
pese a que por ello deba incluir algún spoiler, un spoiler que, dicho sea de
paso, viene propinado por la propia distribuidora.
El
caso es que en el momento de su estreno recuerdo perfectamente haber visto
varias veces el tráiler en el cine. Era un tráiler estupendo, interesante y
angustioso, sobre una chica que se oculta en una especie de habitación del
pánico para espiar a su pareja, de la que sospecha le es infiel, quedando allí
encerrada por accidente. Al final del mismo, algo invitaba a pensar que iba a
ser una historia de fantasmas, muy de moda gracias a títulos como El orfanato o Los otros. Eso me dejaba dos opciones: que la película pudiese
haber sido un intenso thriller de dramático final muy al estilo de las
historias episódicas de Alfred Hitchcock
presenta…, lo cual estaría muy bien pero ya me lo habían contado todo en el
tráiler (que gran cortometraje podría haber sido, recuerdo haber pensado) o que
en el fondo fuese la típica historia de casas encantadas, siendo el tráiler una
especie de prólogo, opción más lógica y menos interesante. En ambos casos
concluí que la película no me podía ofrecer más de lo que ya me había dado el
tráiler.
Ahora
bien, una vez redescubierta gracias a Isa, resulta muy diferente la cosa. El
film arranca con Belén (Clara Lago) grabando un mensaje de video a su novio
Adrián (Quim Gutiérrez) en el cual le dice que lo abandona. Están muy lejos de
casa, en Colombia, y el pobre muchacho (que es director de la orquesta
filarmónica de Bogotá) queda destrozado con la desaparición de Belén sin tener
siquiera posibilidad de réplica. Sólo el afecto de Fabiana (Martina García) una
atractiva camarera, ayuda a consolar sus penas, cayendo rendido en sus brazos e
iniciando una intensa relación con ella que lo lleva a compartir su casa. Es
entonces cuando cosas extrañas parecen suceder en ese lujoso apartamento
aislado en un hermoso pero solitario paisaje montañoso.
Aquí
la película se frena y retrocedemos al momento en que Belén y Adrián, felices y
enamorados, se despiden de Barcelona para embarcarse en su aventura colombiana.
Se vuelve a contar de nuevo la misma historia, esta vez desde el punto de vista
de la desaparecida, muy Fincher todo, logrando una sensación de incertidumbre y
suspense muy efectivo que me podría haber apasionado. Si no hubiese visto
primero el tráiler, claro.
Estamos,
pues, ante una intrigante y terrorífica historia con un desconcertante
triángulo amoroso pero cuyo giro radical y clave de guion es absurdamente
revelado y detallado en su tráiler, arruinando toda posibilidad de sorpresa y
dejándome sin el suspense necesario para disfrutar de la película tal y como
sin duda le habría gustado a su director, Andrés Baiz , que apenas se ha
prodigado después de esta película, cuya taquilla quizá se haya visto
injustamente mermada por culpa de su mala promoción.
El
reparto, casi limitado a los tres protagonistas, encaja perfectamente en la
función, en plena escalada al estrellato de Clara Lago (por esta época ya era
una cara conocida gracias a Los hombres
de Paco) pero aún tendría que saborear las mieles del éxito de Tengo ganas de ti y, sobre todo, Ocho apellidos vascos) y una Martina
García correcta, aunque (no nos engañemos) su presencia se debe más a ser una
cara bonita que a una interpretación prodigiosa. Uno de los mayores aciertos
del film es, sin duda, la participación de Quim Gutiérrez, un actor que no
suele ser santo de mi devoción tiene una
mirada oscura que aquí va de perlas para invitar al espectador a dudar sobre si
tiene algo que ver o no con la desaparición de Belén.
Lamento
profundamente no haber podido ver la película sin el destripamiento argumental
al que fui sometido, por lo que no avanzaré más revelando si hay finalmente
presencia fantasmal o no, y reservándome el último (aunque algo forzado, me
habría gustado más que la película hubiese terminado diez minutos antes) giro
argumental.
Con
todo, los realizadores no tienen ninguna culpa del desaguisado del tráiler, y
la película, valorada de manera independiente, es interesante y atrapa al
espectador desde su inicio, manejándolo a su antojo y sin permitirle tener
claro conocimiento de si está ante una historia romántica, dramática o de
terror, pero haciéndole disfrutar igualmente.
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