domingo, 11 de abril de 2021

Visto en Movistar: BECKY

Becky es una de esas películas festivaleras que tanto gustan en Sitges y que, ante la imposibilidad de destacar en cartelera frente a otros títulos «serios», tienen una segura vida en plataformas como Movistar.

Si quisiera ponerme dramático, podréis decir que la película trata de cómo una niña debe hacer frente a la muerte de su padre y al trauma que le supone aceptar que su padre haya seguido adelante, encontrando incluso un nuevo amor para sustituirla.

Siendo más simplista, podría decir que estamos ante una buena oportunidad para comprobar cómo Kevin James, mascota habitual de Adam Sandler, es capaz de enfrentarse a un registro serio. Nada más y nada menos que transformándose en un supremacista nazi, al más puro estilo American history X.

Y, por descontado, podernos analizar el trasfondo social que hay tras un grupo de ex-presidiarios racistas que luchan, de una maceta muy especial, por la pureza de la raza.

Pero dejémonos de tonterías. Esto, en realidad, es un home invasion en toda regla ampliado a una zona boscosa, con una niña enfrentándose a todo un grupo de adultos asalvajados como una Macaulay Culkin desatada cualquiera.

Con Lulu Wilson (vista en Annabelle: Creation o La maldición de Hill House, por ejemplo) dándolo todo y Joel McHale en plan estrella de lujo, la película, dirigida por Jonathan Milott y Cary Murnion es otra de esas orgías de sangre y desmembramientos desenfadada y divertida a la que tengo que reprochar algún momento censurado oscuro en su tramo final que desluce algo del gore.

James da directa suelta a su locura como pocas veces tiene oportunidad de hacer y el resultado, como otros títulos recientes concentrados por aquí, es una cargada de humor muy negro que satisfará nuestros instintos más salvajes siempre que dejemos el cerebro (y el estómago) lejos del televisor.

 

Valoración: Seis sobre diez.

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