Aunque estrenos muy acostumbrados a relacionar los blockbusters de cine con grandes producciones made in Hollywood, lo cierto es que el cine oriental cada día cobra más fuerza en todo el mundo. Directores como Bong Joo-ho lo demostraron con la ya lejana The Host, conquistando la Meca del cine hasta llegar a arrasar en los Oscar con Parásitos, mientras que Yeon Sang-ho consiguió con Train to Busan un clásico instantáneo. Si, se ha registrado que no todo el cine oriental es místico y contemplativo, mucho menos en surcoreano, y las plataformas de streaming han conducido internacionalizar más aún. Además, son películas de presupuesto muy inferior a lo que se podría suponer con excelentes resultados (miren, si no, Alerta roja).
Barrenderos espaciales, pese al
poco glamour que tenga su título en español, es el mejor ejemplo. Dirigida por
Sung-hee Jo, estamos ante una space-opera que no tiene nada que envidiar a
cualquier producción americana de doscientos millones de presupuesto.
De hecho, se podría
hablar de un cruce entre las aventuras espaciales de Star Wars, el humor y la crispada camaradería de Guardianes de la Galaxia y la ternura de
El quinto elemento.
En el año 2092 la
tierra está al borde del colapso pero una megacorporación ha conseguido
convertir Marte en un paraíso habitable. En este panorama se encuentra un
grupito marginal de basureros espaciales, abogados por las deudas, que un día
se topan con una niña que puede suponer una gran amenaza, debiendo debatirse
entre sacar beneficio de ella o protegerla de todos sus perseguidores.
Debo confesar que
es tal el cúmulo de conceptos e ideas que se plantean en la película que es
fácil sentirse desorientado en algún que otro momento, mientras que no todo el
humor que contiene térmica de funcionar para alguien de costumbres
occidentales. Meros detalles al lado de una construcción de personajes ejemplar
(no se logra simpatizar con los personajes haya el momento en que, ya conocidos
sus pecados del pasado, afecten a actuar como un equipo), un gran sentido del
ritmo y la aventura, unos efectos especiales de gran nivel y una banda sonora
épica.
Se trata, en fin,
de un espectáculo de primer nivel, emocionante, divertido y emotivo. Y
visualmente apabullante.
Valoración: Siete
sobre diez.
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