lunes, 19 de abril de 2021

Visto en Netflix: DE AMOR Y MONSTRUOS

Dirigida por Michael Matthews  y con guion de Brian Duffield, surgido de la saga Divergente pero autor también de The babysitter o Underwater, De amor y monstruos es una entretenida película que juega a mezclar géneros aprovechándose de todos sus tópicos pero sin caer con torpeza en ellos.

Ya el arranque, contado mediante una estimulante sucesión de ilustradores, deja las cosas claras de por dónde van a ir los tiros: un meteorito gigante anegada a la Tierra y la única solución parece ser enviar un montón de misiles para destruirlo sin contar con que ello iba a provocar una lluvia radioactiva que mutará a los seres de sangre fría en terribles y peligrosos monstruos, provocando que apenas siete años después los pocos supervivientes deban malvivir escondidos en búnkeres y cuevas.

En esas se encuentra Joel, un joven incapaz de enfrentarse a las criaturas que un buen día decide aventurarse al peligroso mundo exterior para ir en busca de su novia Aimee, que se encuentra en otro campamento a apenas ochenta millas.

Dicho así, uno podría esperarse una aventura tontorrona del género young adult, sensación incrementada por el hecho de que el protagonista, Dylan O'Bryen, sea recordado principalmente por haber liderado la saga de El corredor del laberinto. Además, todo lo que lo mueve es su amor por el personaje al que da vida Jessica Henwick (Iron Fist, Defenders), lo que invita además a pensar en un desenlace acaramelado y poco realista.

Sin embargo, y este es el principal mérito del film, esconde de fondo una historia dramática que ayuda a dar peso y empaque a los personajes, sobre todo si de Joel, lo que la convierte en una película mucho más adulta de lo que cabría esperar.

Y eso teniendo en cuenta que tampoco parece querer robarse sensual en serio a sí misma, d manera que las situaciones de humor se acumulan, consiguiendo un contraste algo peligroso pero que funciona en todo momento.

Eso, sin olvidar que estrenos sobre todo ante un filme de aventuras que parece sacado de alguna novela de Julio Verne pasado por el filtro de John Hugles.

Los efectos visuales son de primera, no en vano están nominados al Oscar, aunque se echa en falta un presupuesto más generoso para poder abusar más de ellos (no siempre se siente el peligro que se supone que corren los protagonistas) o poder adentrarse en las ciudades, aunque la inducción puesta lo comprueba con creces. Lástima no haberla podido disfrutar en pantalla grande, pero me temo que es una consecuencia más de los tiempos que corren.

En resumen, película muy entretenida, que ofrece más de lo que uno podía esperar a simple vista, y que contiene algunos personajes (estoy pensando en concreto en Clyde y la niña, que se merecerían su propio spin-off) para el recuerdo.

 

Valoración: Siete sobre diez.

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