Vigilados es la ópera prima como director de Dave Franco, conocido hasta ahora en su faceta de actor, muchas veces al amparo de su hermano James.
Autor también (al menos en parte) del guion, Franco se
aleja del tono de confería habitual de sus películas para adentrarse en una
trama de misterio que mezcla diversos elementos del género para tratar de
desconcertar y aportar algo de originalidad pero que fracasa en el intento.
Vayamos por partes: en su arranque, estamos ante el
clásico melodrama que reúne a varios amigos bajo un mismo techo, haciendo que
viejas rencillas salgan a flote. Algo mil veces visto en el cine y de lo que me
viene a la mente películas de diversas nacionalidades, cada una con un tono y
objetivo diferentes, como la británica Los
amigos de Peter, la americana Cegados por el sol, la francesa Pequeñas
mentiras sin importancia o la española Perfectos desconocidos. Películas que comparten la misma base y logran ser
completamente diferentes entre ellas. En este caso, se trata de dos hermanos
que deciden pasar un fin de semana junto a sus respectivas parejas en una
impresionante casa que alquilan junto al mar. Por desgracia, estamos ante la
muestra más torpe, siendo, para colmo, la parte que más metraje se lleva.
Franco prácticamente telegrafía desde el primer minuto lo que va a pasar, y lo
hace desde unos personajes planos incapaces de despertar ninguna simpatía. No
es como para que uno desee que mueran, pero sí para que al espectador le
importe poco lo que les suceda.
Aquí llega el primer cambio de género. Alguno podría
acusarme de hacer spoilers por desvelar que alguien ha puesto cámaras de
vigilancia por la casa para poder espiarlos, pero quien decidió traducir el The rental original por Vigilados ya se le adelantó.
Estamos ante una muestra más de home invasion, con los protagonistas atrapados en la casa y alguien
acechándolos, y uno casi piensa que el final va a remontar, pues Franco tiene
una buena oportunidad para hacer algo diferente y lo desaprovecha. Hasta ahora,
no ha habido más peligro que la presencia de las dichosas cámaras, cual si de
un Gran Hermano improvisado se
tratara, haciendo que el conflicto y el peligro latente pero inexistente recaiga
en los propios protagonistas. Aquí se habría podido jugar a aquel de que «el
hombre es un lobo para el hombre». Habría sido genial que las cámaras no
estuviesen conectadas o que incluso fuesen fruto de su imaginación,
consecuencia de las drogas y los remordimientos, y que la única amenaza fuesen
ellos mismos. Pero no. Hay un nuevo cambio de rumbo y, de repente, la película
deriva en un slasher sin sentido
alguno. Aquí se desvela que si los personajes no nos importan demasiado, al
director aún menos. Vigilados se ha convertido, al fin, en una película de
terror, pero Franco lo hace tarde y mal y el desenlace no puede ser más
insatisfactorio.
No sé qué es lo que tenía en la cabeza Dave Franco
para decidirse a usar un proyecto así en su debut como director, ni porque en Amazon la promocionan tanto como su
estuviesen muy orgullosos de ella, pero la película no pasa de ser un drama
sentimental con algo de sangre al final, sin ninguna lógica en sus acciones ni
análisis de personajes, algo plana y aburrida, cuyo máximo interés recae en los
dos únicos protagonistas reconocibles, Dan Stevens y Allison Brie, ninguno en
su mejor momento, aunque al menos ella se está dejando ver fugazmente en la
premiada Una joven prometedora.
Valoración: Cuatro sobre diez.
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