No es frecuente ver cine de ciencia ficción con denominación de origen española, y menos si hablamos concretamente de viajes en el tiempo (aunque sería imperdonable no mencionar aquí la estupenda Los Cronocrímenes). Por eso es llamativo que la primera producción española de Amazon Prime sea precisamente de este género y, además, con grandes nombres detrás, como el director Nacho G. Velilla o su reparto más o menos coral donde destacan Javier Gutiérrez y Carmen Machi, además de secundarios como Pepón Nieto, Silvia Abril o Antonia San Juan. Cierto es que todos os actores están muy acomodados y se limitan a hacer, casi, lo de siempre, pero es justo lo que el guion les pide, así que tampoco es cuestión de ponerse muy exigentes con eso.
No
nos confundamos: Mañana es hoy es una
comedia, y como tal debe tomarse. Lo de los viajes en el tiempo es una excusa
para poner en contraste la sociedad española de principio de los 90’ y la
actual, realizando divertidos paralelismos y aprovechando, muy de refilón, para
reflexionar sobre lo que se ha mejorado en relaciones de maltratos o de
derechos de la mujer. Muy de refilón, insisto, pero algo es algo.
Además,
entre risas, canciones míticas y homenajes a Regreso al Futuro, Velilla (que firma el guion junto a Oriol Capel
y David S. Olivas) se permite introducir una trama de intriga que ofrece la
cara más dramática de la película, machacando en varios momentos los
desprevenidos corazones del espectador.
He
empezado hablando de un film de ciencia ficción, pues eso es lo que define los
viajes en el tiempo (aunque no tengan una explicación muy clara, que tampoco lo
necesita), y eso implica, aunque poco, un despliegue de efectos visuales. Esto
es de lo peor del film, junto con alguna escena de acción que creo que le
vienen grandes a Velilla, pero el hecho de que estemos fundamentalmente ante
una comedia ayuda a que uno sea más permisivo con ello. Lo mismo sucede con
algunas lagunas argumentales (más si uno es tan puntilloso como yo con los razonamientos
alrededor de las paradojas temporales), pero de nuevo el tono desenfadado de
(casi) todo el guion ayuda a pasarlo por alto.
Al
final, con lo que nos encontramos es con una propuesta familiar muy
entretenida, que provocará nostalgia a aquellos que vivimos intensamente
aquellos noventas y que nos recuerda que la clásica rase de «cualquier tiempo
pasado siempre es mejor» es, en ocasiones, muy cierta.
Valoración:
Siete sobre diez.
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