Con
enero en pleno ecuador, Hollywood comienza a revolucionarse en forma de galas,
ceremonias y desfiles donde los artistas lucirán palmito y competirán por ser
los más glamurosos y divinos de la muerte mientras sus películas se coronan
como las grandes triunfadoras (o perdedoras) del curso pasado. Se coronan,
digo, a modo de premios honoríficos pues ya sabemos todos que los premios
reales que más celebran los estudios son en forma de ingresos en taquilla, y
ahí ya está todo más que decidido.
Si
por el lado económico los grandes títulos del año han sido sin duda Las Tortugas Ninja y Los guardianes de la Galaxia (aunque ha
habido por ahí otras cosillas como Transformers:
la era de la extinción, El Hobbit: la
batalla de los cinco ejércitos y Maléfica)
estaba claro que ninguno de estas películas iban a rascar nada en cuanto a
grandes premios se refiere (dejando de lado los correspondientes al apartado
técnico, por descontado), por la parte más académica a priori parecía que
habían dos títulos destinados a destacar por encime de los demás: Interstellar de Christopher Nolan y Perdida de David Fincher. Y aunque ambas
han cosechado grandes críticas y cuantiosos dividendos han sido sin duda las
dos grandes ausentes en la terna de los grandes premios, con Rosamund Pike como
única esperanza para salvar la papeleta. Y ya con la simple lista de los
nominados a los Globos de Oro se podía empezar a intuir por donde iban a ir los
tiros.
Parece
que, si mucho no cambian las apuestas, cuatro son las películas que se van a
dar de tortas por el trozo grande del pastel: El gran hotel Budapest, Birdman,
Boyhood y The imitation Game, aunque algún premio de los importantes podían
rascar El francotirador, La teoría del todo, Whiplash, Foxcatcher o Selma (a esta última, basada en Martin
Luther King, confieso que no le seguía la pista).
Se
suele decir (aunque muchos lo odien) que los Globos de Oro son la antesala de
los Oscars, y si bien tal afirmación no corresponde a ninguna regla matemática
si es cierto que son un buen baremo para intuir por donde van a ir los tiros
(no en vano los premios se conceden apenas unos días antes de desvelarse las
nominaciones a los Oscars).
Lo
divertido del caso es que, al tener sus premios principales dos categorías
(comedia o musical por un lado y drama por otro) otorga a dos posibles
favoritas, que en este caso ha sido una de las películas sorpresa de la
temporada (uno casi diría que en España ha pasado sin pena ni gloria, pero al
ver la taquilla resulta que esté en el puesto 24, por encima justo de Fincher y
Nolan y recaudando más que Godzilla y
RoboCop juntas): la última locura
visual de Wes Anderson contra la arriesgada (y en un humilde puesto 77 de la
taquilla española) y ambiciosa Boyhood.
Así, este año parece que el riesgo es recompensado por los críticos (la tercera
en discordia es prácticamente un único
plano secuencia con un Michael Keaton espectacular). Pueden apostarse algo a
que de entre estas tres sale el premio gordo.
Algo
parecido se podría decir con respecto a la dirección, haciendo pensar que se pudiera
repetir el caso del año pasado en que el premio de mejor película y el de mejor
dirección correspondió a dos films diferentes.
En
el apartado interpretativo Michael Keaton parece el claro favorito (en Hollywood
gusta mucho esto de los actores que resurgen de sus cenizas), no pareciendo que
el Stephen Hawking de Eddie Redmayne tenga fuerza suficiente como para hacerle
sombra. En las féminas, el gran duelo parece estar entre Julianne Moore y
Rosamund Pike, más cuando la otra ganadora del Globo de Oro, Amy Adams, ha caído
de la lista de los Oscars.
Esto
es, a groso modo, un primer vistazo a la temporada de premios que nos espera y
que concluirá a lo grande con los Oscars
del día 22 de febrero y que, como el año pasado, será comentada en directo por
el Panda Cinéfilo, este año, además, vía twitter. Con más de un mes por
delante, tiempo habrá de analizar las ausencias y las nominaciones
innecesarias, tema en el que no quiero entrar a valorar todavía porque, como es
menester por estos lares, no hemos podido disfrutar de muchas de las películas.
De las ocho nominadas a mejor film, sin ir más lejos, cuatro permanecen aún sin
estrenar (aunque mañana mismo la cosa empezará a arreglarse). Con la esperanza
de poder haberlo visto todo (¡ja, qué iluso!) antes de la noche de la ceremonia
os invito desde ya a hacer vuestras apuestas.
¿Tenéis
ya un favorito?
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