Cuando
se estrenó la nueva película de Jason Reitman y vi la poca distribución que
tenía en las salas españolas sentí uno de mis habituales arrebatos de furia
contra los que deciden qué tenemos que ver y qué no en las salas de cine,
sintiéndome obligado a recurrir a otros formatos poco aconsejables para poder
ver la película (ya no es sólo las pocas
salas en las que se estrenó, sino lo poco que la mantuvieron en cartel).
Costaba
imaginar la poca confianza que se tenía en el hijo de Ivan Reitman, pese al
patinazo de su última peli (la aburridísima Una
vida en tres días), más teniendo en cuenta que en el reparto de esta última
se encontraban nombres tan interesantes como Adam Sandler, Jennifer Garner, Rosemarie
DeWitt o uno de los niñatos de moda, Ansel Elgort, pero debo reconocer que, una
vez vista, entiendo y agradezco la escasa repercusión que ha tenido. Está claro
que el bueno de Reitman ha perdido la magia que parecía demostrar en Gracias por fumar, Juno o Up in the air, película
con la que parece tocó techo y desde la que no ha hecho más que caer.
Hombres, mujeres & niños pretende ser una fábula moderna sobre la
incomunicación y los peligros de la red. Vivimos en un mundo interconectado,
eso es cierto, y quizá sí que algunos exageramos con la dependencia que podemos
sentir hacia nuestros móviles, tablets o iphones, pero de ahí a que el señor
Reitman se pase dos horas aleccionándonos sobre un sistema de comunicación que,
por lo visto, ha sido concebido por el mismísimo Lucifer es pasarse tres
pueblos.
Y
es que de eso va la peli, por más que se quiera disfrazar de conflicto
intergeneracional y pretenda (no sin cierta pedantería) ofrecer su particular
punto de vista sobre las relaciones humanas, ya sea entre padres e hijos o
entre parejas sentimentales. Con unas imágenes intercaladas de la sonda Voyager
viajando por el espacio que sobrealimentan la pomposidad de Reitman (tal y como
sucediera con la Lucy de Besson), la
película es un alegato casi fanático contra esa nueva sociedad que vive
pendiente de “la nube”, una nube que, a ojos del director, solo parece servir
para buscar pornografía.
Más
allá del mensaje que este buen hombre nos quiera imponer y de que pueda yo
estar más o menos de acuerdo con él o no, lo realmente malo de la película es
que aburre tanto o más que aquella pastelada de Kate Winslet y Josh Brolin del
año pasado, con unos personajes carentes de interés y unas tramas que quieren
abarcar tanto que apenas parecen avanzar, consiguiendo que, a mitad de la
película, perdamos el interés en todos ellos y nos importe un pepino lo que les
sucedan.
Básicamente,
Hombres, mujeres & niños es una
pérdida de tiempo. Y una decepción más en manos de un director que prometía
mucho y se está desinflando como el agua.
Internet
sirve para muchas más cosas que el porno o los contactos sexuales, señor
Reitman. Por ejemplo, para descargarse su película y no tirar ocho euros a la
basura.
Bendita
ironía.
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