Los spin-off de películas o series de éxito suelen ser un recurso fácil para estirar el chicle de un éxito que rara vez sale bien. Y si hablamos de la animación de Disney, ya ni digamos. Los derivados de sus grandes clásicos solían ser subproductos de medio pelo destinados a la venta directa en DVD o, ahora, a rellenar el cajón de las producciones de Disney+.
Sin
embargo, Baymax, la tardía serie que
da continuidad a la brillante Big Hero Six, es la excepción que confirma la regla. Mediante seis breves episodios
(todos ya disponibles, en un cambio de táctica de Disney+ muy apropiada para este producto en cuestión), vemos como
el simpático robot de Hiro recorre la ciudad de San Fransokyo en busca de gente
a la que poder ayudar, causando tantos problemas como soluciones.
El
gran acierto de Baymax es que, pese a
la simpática animación y al acertado diseño del personaje, entrañable y
achuchable, los guiones son lo suficientemente elaborados como para atraer a
los más adultos de la casa, abordando temas tan insospechados como la soledad
en la tercera edad, la salud laboral o la primera menstruación. Pinceladas que,
sin renunciar a un sentido del humor loco y muy efectivo, consiguen hacer de Baymax una estupenda serie para todos
los públicos que se devora en un suspiro y te deja con ganas de más.
Sin
duda, Baymax es uno de os grandes
aciertos de la temporada, aunque me temo que su aspecto e producto infantil lo
van a condenar al ostracismo.
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