viernes, 15 de julio de 2022

Visto en Amazon Prime: LA LISTA FINAL

Mientras realiza una breve pero interesante aparición en Thor: love and thunder, con Jurassic World: Dominion aún en el recuerdo  y a la espera del estreno de la esperadísima Guardianes de la Galaxia, vol. 3 que ya ha finalizado su rodaje, y entre polémicas y meteduras de pata en las redes, Chris Pratt aún ha tenido tiempo de convertirse en el actor mejor pagado por una serie de televisión y ser el reclamo principal de la apuesta más fuerte de Amazon Prime (mientras llegue el turno de su Señor de los Anillos) para esta temporada.

La lista final es la historia de un comando de Navy Seals que es emboscado en una misión en Siria donde sólo sobre vive James Reece, el personaje interpretado por Pratt. A su regreso a los Estados Unidos, una serie de discordancias entre sus recuerdos y los informes oficiales invitan a pensar que la mente puede estar jugándole una mala pasada y cuando su familia es violentamente asesinada él parecerá el principal sospechoso.

Llegados a este punto, la serie parecía ser un complicado juego de esquizofrenia y falsas verdades, arrastrando al espectador entre la realidad y la ficción y teniendo en Reece a un narrador poco fiable, pero enseguida rechazan la carta del suspense para mostrar las verdaderas intenciones de la propuesta, que no son otras que la de conformar una historia de venganza que pretende aunar, sin demasiado éxito, los laberintos burocráticos del sistema americano, con intrigas que parecen sacadas de una novela de Tom Clacy, con el cine de Charles Bronson que queda ya algo anejo. Así, Pratt, sin el menor rastro del sentido del humor que lo acompaña en sus personajes habituales, se convierte en una especie de Rambo con unas dotes detectivescas nada sutiles, que irá dejando un reguero de sangre en su camino a descubrir la verdad que se oculta tras sus problemas de memoria y la muerte de sus seres queridos mientras tacha, como si de la Uma Thurman de Kill Bill se tratase, objetivos de su lista negra.

La serie tiene no pocas virtudes, como una buena dirección (siguiendo el camino marcado por Antoine Fuqua en el primer episodio) y una reunión de actores bastante reconocibles, como Taylor Kitsch, Constance Wu, Riley Keough, Jeanne Tipplehorm o Jai Courtney o una acción in crescendo, pero también muchos peros, entre los que se encuentra un alargamiento excesivo de su trama, quizá más válida para una película que para una serie de ocho capítulos. Así, el cambio de tono del primer tercio de la serie respecto al final hace que se plantee como algo aburrido y el resultado final se intuye demasiado alargado.

Parece como si, tras el buen funcionamiento de propuestas como Jack Ryan o Jack Reacher, en Amazon Prime quieran especializarse en adaptar novelas de acción con trasfondo militar (estamos ante la adaptación de la primera novela de una pentalogía escrita por Jack Carr). Lo malo es que en este caso, y sin querer entrar en polémicas políticas, la cosa tiene un ligero tufillo republicano, cosa que no debería ser mala en absoluto (allá cada uno con sus ideales) si no fuese por el peligro de que la serie pueda ensalzar el uso de las armas y la política del ojo por ojo.

Quizá el mayor valor de la serie sea la posibilidad de entablar un buen debate acerca de las decisiones morales tomadas por el protagonista y analizar si estamos ante una historia de héroes o villanos o si, de alguna manera, todos tienen algo de villanos. 

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