jueves, 7 de julio de 2022

Visto en Disney+: LA PRINCESA

Puede crear algo de confusión el estreno de La Princesa en Disney+, dando lugar a pensar que estamos ante una producción de la Casa del Ratón y que nos vamos a encontrar con alguna versión en live-action de cualquiera de sus princesas más populares. Sin embargo, esto es en realidad una película 20th Century Studios (la antigua Fox) que Disney+ añade, en realidad, a su catálogo de Star (en origen fue estrenada directamente en Hulu).

Hago esta aclaración porque quizá haya un público muy familiar que no cuenten con la orgía de violencia y muerte que ofrece esta película, que pese a partir como un cuento de hadas más (una princesa es encerrada en lo alto de un torreón por negarse a cumplir con su destino de casarse con un príncipe que garantizaría, en teoría, la prosperidad del reino, carente de un  heredero varón. Es evidente el discurso feminista de la propuesta, con una princesa independiente y una crítica al patriarcado de la época, pero poco más se puede sacar de una película que parece concebida a mayor gloria de Joey King (quien, al parecer, ha interpretado en persona la mayoría de escenas de lucha), quien mejor parada sale del invento. Entiendo los motivos de la joven para aparecer en este film (al fin y al cabo, pese a ser una cara muy reconocible gracias a sus trabajos en Expediente Warren, Asalto al poder, Independence Day: contraataque, Slender Man o, sobretodo, la saga de Mi primer beso, no siempre se tiene la oportunidad de ejercer como protagonista absoluta de una película supuestamente importante), pero me asombra más la presencia de actores tan desaprovechados como Dominic Cooper o Olga Kurylenko, que prácticamente pasaban por ahí y cobraron su cheque.

Y es que lo peor de la película es su guion. O, mejor dicho, la carencia del mismo. Como si de un remake para adolescentes de Redada Asesina se tratase, la película se limita a ofrecernos a la princesa de marras peleando con todo aquel que se cruza en su camino, como superando pantallas de un videojuego, sin que tampoco las coreografías sean nada del otro mundo. John Wick invita a pasarse horas y más horas viendo su desborde de violencia gratuita, pero no es este el caso.

Y es que si he empezado señalando que estamos ante una película demasiado sangrienta y violenta como para ser considerada familiar, también hay que destacar que es demasiado poco sangrienta y violenta como para contentar a los amantes de este estilo de cine, que se terminarán aburriendo ante la simple paliza a masillas sin que haya nada interesante, más allá del mencionado discurso feminista, que contar.

La pillé con ganas, pero me invitó a pegar más de una cabezada que, ¡oh, sorpresa!, no me impidieron seguir el argumento sin problemas.

 

Valoración: Cuatro sobre diez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario