Casi sin tiempo para reaccionar a Thor: Love and Thunder, nos encontramos ya con otro producto Marvel finalizado. Se trata de Ms. Marvel, unan nueva pequeña decepción que demuestra que la gloria a la que La Casa de las Ideas nos tiene acostumbrados (más o menos) en cine no se traduce, de momento, al mundo de las series.
Y
es una pena, porque en su arranque, pese a esa sensación de serie adolescente
que no gustaba a algunos, la cosa era muy prometedora. Ciertamente, tras la solemnidad
de Caballero Luna, apetecía un
producto adolescente, con un tono claramente desenfadado y una puesta en escena
loca y divertida, muy inspirada en la brillante Spiderman: Un nuevo Universo.
Sí,
es cierto que el tono era muy ligero, pero eso es justo lo que necesita un
personaje como el de Kamala Khan, al que acompaña una actriz debutante pero
totalmente rompedora como es Iman Vellani y un recorrido cultural interesante
sin parecer forzado.
Así,
en un par o tres de capítulos se recogía la esencia del personaje paquistaní
siendo muy fieles a su contrapartida en comic, aunque el origen de sus poderes,
así como la manifestación física de los mismos, si han sufrido variaciones. En el momento de su creación, se comparó a
Kamala con la versión adolescente de Peter Parker, y por ello es muy apropiado
que parte de la trama de la serie se centre en sus problemas en la escuela, con
sus padres o con los chicos. Pero eso se empieza a diluir a partir de cierto
momento en que pretenden ponerse serios y alejan a la joven de las calles de
Jersey para profundizar (de manera algo cargante) en sus raíces, dándonos
lecciones de historia que quizá no venían a cuento y presentando a los teóricos
villanos de la serie, una versión de los Clandestinos que, esta vez sí, difieren
mucho de los Clandestinos originales. A partir de aquí, un batiburrillo de
peleas de bajo interés, muertes poco dramáticas y un peligroso coqueteo con el
tedio hasta llegar al capítulo final, donde de nuevo en Jersey se recupera a
los secundarios que nunca debieron perder importancia en la trama y las aguas
se reconducen.
Es un final emocionante y muy revelador, que conecta directamente con la película The Marvels (la supuesta secuela de Capitana Marvel donde Iman Vellani será coprotagonista) y da el pistoletazo de salida a la presencia de mutantes en el MCU (otro cambio significativo: en los comics Kamala es inhumana), pero que no puede evitar que el conjunto total de la serie se vea como irregular. De hecho, tal y como pasaba en cierto modo con Obi-Wan Kenobi, ese buen final ensombrece aún más al producto, ya que demuestra que si no está todo lo bien que el personaje merecía no es por falta de talento, sino por otra cosa (¿desidia? ¿decisiones de los despachos?), lo que deja una sensación agridulce.
Al
menos, podemos quedarnos con el gran descubrimiento que ha sido Vellani y las
ganas que tenemos de reencontrarnos con ella en The Marvels, para la que aún nos queda una buena espera.
Por
el camino, lo próximo será Hulka, que
se anuncia directamente como una comedia. ¿Será la serie que engrandecerá
definitivamente el MCU televisivo? Personalmente, lo dudo mucho. Que de seis
propuestas la más innovadora e interesante (y más a raíz de las consecuencias
que tuvo en Dr. Strange y el multiverso de la locura) sea Bruja Escarlata y Visión, precisamente la primera de ellas, es algo preocupante.
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