domingo, 22 de enero de 2017

FIGURAS OCULTAS: como ser mujer, negra e inteligente en la América de los 60'

No es nada novedoso que en Hollywood se fijen en el tema de la segregación y el racismo para abordar una película en pro de los derechos del colectivo afroamericano, y tras la polémica de los pasados Oscars son varias las películas del llamado “black power” que pueden tener acto de presencia en la ceremonia de este año.
Sin embargo, lo fácil es hablar siempre desde la tragedia y el dolor, como en las interesantes 12 años de esclavitud o Los hombres libres de Jones, pero en ocasiones es posible realizar esta denuncia desde la grandeza, destacando no solo la injusticia sino los logros conseguidos.
En esta línea se encuentra Figuras Ocultas, que inspirada en la historia real de Katherine Johnson, Dorothy Vaughn y Mary Jackson (y basándose, a su vez, en el libro de Margot Lee Shetterly), cuenta como un grupo de mujeres negras de gran inteligencia trabajaban como “calculadoras humanas” en un ala apartado de la NASA hasta que lograron hacer valer sus méritos y consiguieron el reconocimiento merecido.
No es cuestión de entrar en spoilers, pero es cuestión de historia mencionar que el propio John Glenn exigió que Katherine Johnson revisara personalmente los cálculos de las coordenadas para su viaje espacial poco antes del despegue e incluso fue acreedora de la Medalla Presidencial de la Libertad y unas instalaciones de investigación de la NASA llevan su nombre. No importa, por eso, saber cómo va a acabar la historia (los americanos logran viajar al espacio, siento chafaros el final) sino cómo se producen los acontecimientos.
Dirigida por Theodore Melfi con bastante sencillez, sin querer en ningún momento robar protagonismo a la propia historia, Figuras ocultas tiene una efectiva puesta en escena que recrea, con apenas cuatro pinceladas, la sociedad americana de los años sesenta y las evidentes discriminaciones que habían todavía en algunos estados del sur dependiendo del color de la piel. Melfi no hace verdadera sangre en el asunto, y lo plantea casi en todo simpático (las peripecias para ir al baño, por ejemplo), pero los detalles están ahí, para quien los quiera coger.
Al final, tenemos por un lado una historia con aroma patriótico (hay que recordad en qué época estamos) sobre la pugna entre Estados Unidos y la Unión Soviética por ganar la carrera espacial y lo vital que ello parecía para la sociedad, y por otro nos encontramos con la historia de tres amigas, tres brillantes matemáticas, destinadas a brillar en un mundo que las desprecia. Puede acusarse a la película de no incidir demasiado en la personalidad de las tres amigas, de ser demasiado superficial y edulcorarlo todo con ligereza, pero por el contrario este puede ser uno de los grandes méritos del film, que sin demasiado esfuerzo logra provocar una empatía tan brutal con las protagonistas que cada pequeño triunfo personal logra emocionar y apretar un poquito el corazón del espectador. Sin querer entrar demasiado en comparaciones, logró Figuras Ocultas enamorarme más de sus personajes y sus vidas que, por ejemplo, Lion, siendo esta última mucho más intensa e introspectiva.
Sinceramente, poco esperaba de este film en el momento de su estreno, temiéndome que me encontraría ante una película académica bien elaborada pero poco empática, pero ya sea por el buen trabajo de Melfi o por las potentes interpretaciones de sus tres heroínas, Taraji P. Henson, Octavia Spencer y la cantante Janelle Monáe, que lo cierto es que ha terminado por cautivarme y hacerme disfrutar (en un sentido totalmente opuesto) a como lo hiciera, por ejemplo, con La la land. No está, soy consciente, a la altura de aquella, sobretodo en cuanto a su puesta en escena, pero no anda demasiado lejos. Y de nuevo tenemos la confirmación de que Kevin Costner está mucho mejor en un rol secundario que cargando el peso de la película, siendo aquí un impecable director de la agencia.
Completan el reparto Kristen Dunst, en un personaje que no puede decir más con tan poco espacio, Mahershala Ali y un Jim Parsons que quizá sea lo que más chirríe del film, no porque el chaval lo haga mal, que para nada, sino porque siendo su personaje tan similar al Sheldon Cooper de The big bang theory, cuesta un poco separar a ambos.
En resumen, apasionante relato sobre la conquista espacial mucho más cercano que las odiseas galácticas tan de moda los últimos años (Interstellar, Gravity, Marte…) que aúna el heroísmo de los astronautas con el de las mujeres de color que hicieron posible su viaje, siendo una proclama contra la discriminación racial y, de paso, contra la sexual también.

Valoración: Ocho sobre diez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario