Matar a Santa, propuesta navideña recaída, en esta ocasión, en Amazon Prime, es una extraña cinéfila de acción donde sus directores y guionistas, Ian y Eshom Nelms, proponen un mundo donde Santa Claus, camuflado bajo el nombre de Chris Cringle, es real, vive junto a su esposa Ruth en Alaska y se enfrenta a la crisis de valores de los niños de hoy en día que le obliga a aceptar un encargo del Gobierno para poder mantener la fábrica de elfos activa.
Por
otro lado, tenemos a un engreído y odioso niño rico que, incapaz de aceptar la
derrota, decide contratar a un psicótico sicario para matar a Santa tras
recibir su merecida reacción de carbón la noche de Navidad.
Seriamente
planteamiento llevaría a pesar en una comedia algo desmadrada, pero los Nelms
prefieren guardarlo muy en serio y presentar su honor en forma de sutiles
detalles, como el hecho de que Santa cobre un subsidio por parte del gobierno,
pero el trasfondo invita más a la sonrisa ligera que a la carcajada. Llegados
al final, donde tras dos tramas que siguen a Santa y al sicario por separado,
en confinamiento final tiene aroma puro de western, con una dosis de acción
bien medida y ejecutada.
Así,
estrenos ante una interesante y divertida película de acción donde el trasfondo
navideño es casi lo de menos y a la que se echa en falta una dosis más gamberra
de humor negro, algo que desmitificara más la figura del «gordo» como ya hacían
títulos como Bad Santa años atrás.
Lo
mejor, como no podía ser de otra manera, la presencia siempre magnífica de Mel
Gibson, que presenta a un Papá Noel que vendría a ser la cara amarga del que
compone Kurt Russell en sus Crónicas de Navidad.
Valoración:
Seis sobre diez.
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