sábado, 12 de diciembre de 2020

Visto en Amazon Prime: GUNS AKIMBO

No sé si el representante de Daniel Radcliffe es, en realidad, su peor enemigo, o si es que su obsesión por desligarse de la sombra de Harry Potter lo lleva a elegir papeles tan extremos como desconcertantes. Y es que si recordamos Horns (sobre un tipo que un día amanece con un buen par de cuernos -literales- en la cabeza), Swiss army man (donde hace toda la película de un cadáver pedorro -de nuevo literal-) y esta Guns Akimbo, en la que le clavan sendas pistolas en las manos y se pasa media película huyendo en calzoncillos, pues no parece que el chaval vaya para galán de Hollywood, la verdad, aunque cierto es que con lo que ganó con la saga de J.K. Rowling bien se lo puede permitir.

Guns Akimbo está definida en el algoritmo de Amazon Prime como comedia negra, acción y violencia, pero en realidad pertenece a un género muy particular que es el molonismo. O al menos aspira a ello, ya que en el fondo es un tostón interminable que busca conseguir con un ritmo adrenalítico muy en la línea de Crack, veneno en la sangre, ocultar los muchos agujeros de un film tan absurdo como ridículo.

El arranque quiere parecer una crítica al submundo de los juegos y apuestas de Internet, capaces de sorber el seso a las masas, tal como Nerve o Ready Player One, pero de ahí no pasa la cosa. Un juego a muerte seguido desde la red (algo que ya inventaron en Marvel para el lucimiento de un personaje bastante olvidable de Spider-Man) y un hater de Internet que toca las narices a quien no debe es la base de un cúmulo de escenas mediocres de persecuciones, tiroteos y salpicaduras de sangre con planos cortos y rápidos que parecen querer imitar (mal) el estilo de Edgard Whrite y que dan pie a unos personajes tan mal desarrollados como poco empáticos.

No diré que una vez puestos en harina no sea fácil aguantar hasta el final, pero la colección de villanos que transmitirán a lo peor de las pelis de los noventa, la antagonista que se supone que es una máquina de matar y falla más que un tiro de feria y el patetismo del personaje de Radcliffe hace que ese deseo del director Jason Lei Howden (que también escribió el guion bajo vaya usted a saber qué mezcla extraña de drogas) de que todo «mole mazo», pero para molar de verdad lo único que debería haber hecho es pegar un tiro en la peineta escenas al papanatas del ex niño mago y pasar pronto a otra cosa, mariposa.

En el fondo, no es que aburra, más bien enfada. Y eso es casi peor.

 

Valoración: Tres sobre diez.

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