Algo tendrá Ángel Gómez Hernández cuando tras debutar en un largo con Voces su siguiente proyecto es la adaptación de su cortometraje Behind apadrinado ni más ni menos que por Sam Raimi.
Voces es un batiburrillo de referencias diversas que recuerda al cine
de bajo presupuesto de la Blummhouse junto
al Warrenverso de James Wan y las
antologías para Netflix de Mike
Flanagan, pero sin renunciar nunca a ese aroma patrio que la vincula a algunas
propuestas de Balagueró, Plaza o Pintó.
De hecho, lo que podría ser su gran defecto es también su gran
virtud, pues abusa de esas referencias sin complejos para, gracias a un guion
inteligente y enigmático, dar un giro a la trama con un guion más elaborado de
lo habitual por estos lares.
El planteamiento no puede ser más básico y cansino: un viejo
caserón abandonado, una familia que llega para tratar de restaurarlo, el niño
que escucha voces, los secretos que se ocultan bajo la casa y el experto que
tratará de descubrir el misterio. Lo de siempre, vamos. Pero, desde el primer
giro argumental, apenas a los diez minutos de película, se puede comprobar que
hay buenas ideas tras esta historia, y pese a cierta tendencia al abuso de jump scares del director, la planificación
visual es efectiva y elegante, sirviendo como ejemplo el plano aéreo de la
piscina que abre y finaliza el film, cerrando el círculo de terror que nos han
presentado hasta la fecha.
Ayudándose por un reparto más o menos reconocible (ahí están
Rodolfo Sancho, Ana Fernández o Belén Fabra), siendo el gran Ramón Barea quien
aporta el mayor toque de calidad con la composición de un parapsicólogo muy
castizo que no tiene nada del toque burlado que suelen tener los profesionales
del misterio de otras películas, la película es un gran relato de terror, que
asusta y acongoja a la vez que mantiene al espectador pendiente de lo que está
sucediendo en pantalla consiguiendo un desenlace claro y donde el
descubrimiento final imprescindible en este tipo de films no rechina en
absoluto.
Con tintes dramáticos que invitan a reflexionar sobre la pérdida y
el dolor, Voces fue una de las
valientes que se atrevió a abrir los cines tras el estado de alarma provocó por
el Covid-19, y pese a que su relevancia fue mínima, merece una segunda vida
gracias a Netflix, donde podría
llegar a ser un gran éxito al nivel de El hoyo o Verónica.
Para amantes del terror asfixiante pero inteligente.
Valoración: Siete sobre diez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario