El exceso de plataformas, y por ende, de series televisivas, potenciado por el estado de alarma y la necesidad de salir lo menos posible de casa, ha propiciado que aparezcan series de gran interés casi a ritmo diario, lo que junto a mi manía de no ver temporadas hasta disponer de ellas al completo ha provocado que muchas series que esperaba con ganas fuesen acumulando polvo en mi cajón de pendientes, viendo como muchas otras le pasaban con descaro por la derecha.
Vis a vis: el Oasis, la
continuación y prometido final de Vis a
vis, es una de ellas, a la que esperaba con ganas después de que en las dos
últimas temporadas de la serie madre echase en falta más minutos de Maggie
Civantos.
La serie nos
prometía una historia de atracos con la unión/enfrentamiento de Maca y Zulema,
pero al final la trama se centra en un único golpe, una historia que, desde
luego, no da para ocho episodios y que a la postre me ha resultado bastante
decepcionante.
Que en una
temporada tan breve haya perdido el interés por la misma apenas llegar al
tercer capítulo es bastante sintomático, y el truco de ilusionismo de saltar
entre el presente, el futuro y el pasado me parece más una maniobra para
mantener el interés en una historia bastante aburrida que como recurso
ingenioso.
Reconozco la
valentía de los autores para elaborar una historia con aroma a western legos de
la vertiginosa de las celdas de Cruz del Sur, pero creo que, sin Alex Pina
encima de la producción, la cosa ha quedado muy diluida. Ni siquiera acabo de
reconocer a Maca y Zulema en sus personajes, con cambios de actitud constantes
y sin un rumbo definido.
Otra muestra de la
desgana que impregna la serie, que parece más un intento de estirar el chicle
que de dar un final digno a la historia, es la utilización de unos secundarios
que nunca consiguen la adecuada empatía (estoy pensando, por ejemplo, en la
hermana de la novia, el niño del bulling o la niña de los abusos) y que sólo
sirven para meter paja en una trama que habría funcionado mejor como miniserie
de tres episodios o incluso en formato película.
Cierto es que hacia
el final la serie trata de alzar el vuelo, pero ya es demasiado tarde y ni
siquiera el clímax final, en el que se abusa de la cámara lenta, llega a
convencerme. Incluso la celebrada aparición de algún personaje que nos puede
conectar con los tiempos de Cruz del Sur me ha sabido a poco.
Una lástima, pues
ya la serie madre me dio la impresión de ir en clara decadencia (no le sentó
muy bien el cambio a Fox), aunque al
menos hemos podido despedirnos de algunos de los personajes y dar un final
cerrado a, al menos, la historia de una de ellas.
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