Ante la falta de grandes propuestas cinematográficas, Netflix se ha autoproclamado como «el Salvador de la Navidad», y aunque la mayoría de sus propuestas son simples telefilms bastante insulsos, siente hay alguna cosita destacable con la que contentar a los más pequeños de la casa. Tras lo bien que están funcionando Crónicas de Navidad y la maravilla que fue Klaus, este año llega otra propuesta infantil bastante interesante.
Con Forest Whitaker y Keegan-Michael Key como rostros más
reconocibles, La Navidad mágica de los Jangle es un musical con forma de cuento mágico que bebe tanto de los
relatos de Charles Dickens como del indicado visual del Tim Burton de antaño.
Realizada con bastante ambición, la historia cuenta la pugna entre
dos fabricantes de juguetes que empezaron trabajando juntos (un argumento que
recuerda en parte a Crónicas de Navidad,parte dos) hasta que la decepción de uno de ellos por sentirse
infravalorado lo lleva a robarle los inventos al otro.
Estamos ante un cuento cargado de magia y buenos sentimientos, al
que se le echa un poco en falta potenciar el elemento navideño (la acción
podría transcurrir en cualquier otra época, la verdad), donde se resaltan los
valores propios de propuestas navideñas como el amor por la familia, la
lealtad, el perdón y, sobre todo, el creer siempre en la magia.
La imaginería visual es una maravilla, más teniendo en cuenta que
es una película original de Netflix,
y gana mucho con el uso de marionetas para los flashbacks, aunque puede que en
algún momento se abuse algo de las canciones. O quizá eso sea cosa mía, ya he
dicho en repetidas ocasiones que no me gusta que en las películas de imagen
real (por muy infantiles que sean) me doblen a los cantantes. Eso hace que los
temas compuestos por John Legend desluzcan bastante y resulten harto
repetitivos.
Con todo, una interesante propuesta familiar que flojea algo en su
argumento pero es una delicia visual.
Valoración: Siete sobre diez.
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