Siempre Alice es una flojito drama dirigido por Richard Glatzer y
Wash Westmoreland más próximo al telefilm de sobremesa que a una película digna
de ver en pantalla grande que posiblemente habría pasado desapercibido (o incluso
no habría llegado a estrenarse comercialmente) de no ser por su elenco
protagonista, con una impresionante (como casi siempre) Julianne Moore bien
secundada por Alec Baldwin y Kristen Stewart, sobre una inteligente mujer que
de manera súbita descubre que tiene una extraña variedad de Alzheimer precoz
que comienza a deteriorar su menta a pasos agigantados.
Basada
en una novela de Lisa Genova , la historia de Alice Howland es demasiado
artificial para llegar a conmover como se pretende, con esa familia tan
americana y tan perfecta (todos guapos y educados, incluso la hija rebelde y
bohemia que termina amansándose alrededor de su mermada mamá) y ese amor y esa
comprensión que hacen que la desesperada lucha contra tan cruel enfermedad se
vea dulcificada, contando con tan solo un par de escenas que por sí solas
pretenden elevar el interés del film (el deseo de Alice de haber tenido cáncer o
su plan de suicidio) pero que terminan perdiéndose en un maremágnum de
simplezas que terminan por aburrir al espectador.
Dejando
de lado el interés médico del film, la única manera de sentir realmente el
dolor y la desolación de los protagonistas es comprendiendo el alcance de la
enfermedad y haciendo nuestro el problema, imaginándonos a nosotros mismos
lidiando con un familiar afectado. Porque si pretendemos observar el film como
meros espectadores, dejando que sea la historia y nada más que la historia
quien nos conduzca por su propio camino, el interés decaerá rápidamente, haciéndonos
comprender que lo único destacable en esta película es su actriz protagonista,
una Moore que realmente se degenera durante el metraje y que es la única capaz
de inspirar una compasión y un sufrimiento que la historia no es capaz de
transmitir por sí misma.
Floja,
muy floja es esta olvidable película que bien podría haberse llamado,
simplemente, Siempre Julianne Moore. Poco más hay en ella.
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