lunes, 3 de diciembre de 2018

DURANTE LA TORMENTA

Oriol Paulo es un eficaz director que se ha movido siempre en el terreno del thriller más retorcido, siendo El cuerpo y Contratiempo sus dos ejemplos más recientes, a los que hay que sumar otros trabajos como guionista como Los ojos de Julia y la algo inferior Secuestro 
Durante la tormenta, escrita mano a mano con Lara Sendin (con quien ya trabajó en El cuerpo), sigue en esa línea de misterio y crímenes difíciles de esclarecer, pero metiendo por medio un elemento tan propio de la ciencia ficción como son los viajes en el tiempo. O, más concretamente, las paradojas temporales.
No está Durante la tormenta en la línea de films como Regreso al futuro, ni mucho menos, pero sí guarda muchas similitudes con Frequency, película de Gregory Hoblit que unían a un padre y un hijo (Dennis Quaid y Jin Caviezel) desde diversas líneas temporales a través de un aparato de radio.
En esta ocasión son un viejo televisor y una cámara de vídeo los que, durante la tormenta a la que alude el título, conectan a una mujer y un niño que están veinticinco años separados en el tiempo.
Como gran entusiasta de las historias sobre las alteraciones de la corriente temporal (de hecho estoy trabajando en una novela que sigue esos patrones), estaba especialmente intrigado en cómo se iban a desenvolver Paulo y Sendin para saber jugar con las diversas líneas temporales que se crean durante la película, y aunque algunas decisiones podrían ser discutibles (y desde aquí invito a sus guionistas a un debate que no es posible plantear e este comentario por no caer en el spoiler), lo cierto es que han sabido esquivar con habilidad los errores que el abuso de las paradojas suele provocar.
Así, más allá de que el concepto “casualidad” obligue a un cierto abuso de la suspensión de la credulidad, Durante la tormenta es un interesante puzle en el que todas las piezas terminan por encajar con cierta frescura y que, pese a su claro tono dramático, supone toda una diversión para los amantes del género. Paulo fuerza ciertas situaciones para su conveniencia, eso es cierto, pero nada de lo que sucede es completamente aleatorio y todo tiene una justificación (que sea del agrado de uno o no depende ya de cada espectador en cuestión), que es lo mínimo que se debe exigir a un producto de estas características. Es muy sencillo imaginar historias con varias líneas temporales, pero no lo es tanto evitar los errores de coherencia y abusar de esas paradojas que, por ser productos de la ficción (a menos que alguien demuestre lo contrario) se suelen deformar al antojo de muchos guionistas y escritores.
Bien apoyada en unas solventes interpretaciones de Chino Darín y Álvaro Morte, con la colaboración estelar de Javier Gutiérrez y Belén Rueda, Adriana Ugarte es la gran estrella de la función, soportando con brío el peso dramático de una madre a la que se lo han arrebatado todo. Además, la película es suficientemente sincera para mostrar sus cartas casi desde el inicio y no jugar apenas con la idea de que todo sea producto de la mente enferma de la protagonista, con lo que es más fácil entrar en harina y dejarse arrastrar por la fantasía de la historia, siendo las posibles consecuencias psicológicas de lo sucedido donde encuentro más reparos.
Suficientemente clara para que pueda ser comprendida por los más ajenos a la materia, pero suficientemente enrevesada para mantener la atención en todo momento, Durante la tormenta funciona perfectamente como historia de intriga y misterio, dejando que el tema fantástico quede en muchos momentos en segundo plano y permitiéndose coquetear, en algún momento, con disfrazarse de historia romántica más intimista de lo previsto, pero sin alcanzar el nivel de ñoñería.
Paulo y Sendin han demostrado haberse estudiado bien las consecuencias del efecto mariposa, y Durante la tormenta es una interesante y muy entretenida muestra de ello.

Valoración: Siete sobre diez.

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