miércoles, 16 de marzo de 2022

CARTA ABIERTA A ADA COLAU

Estimada señora alcaldesa:

Me dirijo a usted como uno de los muchos barceloneses preocupados por cómo está evolucionando la ciudad de Barcelona, una ciudad a la que vi crecer y modernizarse en puertas de los Juegos Olímpicos de 1992 y que desde entonces parece haber quedado estancada en muchos aspectos.

Afortunadamente, resido en un  barrio condenado a evolucionar y a reinventarse, aunque el que eso sea algo bueno está aún por ver. Concretamente, tengo mi vivienda en el conjunto residencial que hay frente al C.C. La Maquinista, esa extraña y floreciente zona que no alcanza a ser Sant Andreu por muy poco pero que por ser relativamente nueva (antes todo esto eran fábricas industriales) no tiene en su corazón el espíritu del Bon Pastor, por lo que casi merecería ser considerado como un nuevo barrio, con sus equipaciones correspondientes.

El motivo de mi misiva es transmitirle mi preocupación y la de todos mis vecinos (reunidos bajo el ala de la Associació Veïnal Maquinista Mercedes) por los proyectos que se están llevando a cabo en los alrededores, siendo el más importante el que va a ocupar la antigua fábrica Mercedes, esa horrenda parcela, escenario de parte de la novela Mundo Muerto, que me alegro de ver al fin en derrumbe. Aunque no hay oficialmente nada confirmado, parece que el proyecto ganador es uno tan espectacular que incluso ha sido nominado como finalista del concurso MIPIM Awards. Un proyecto espectacular, sin duda, que incluye zonas verdes e incluso un campus universitario. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, y hay entre los vecinos varios puntos de disconformidad con el proyecto que voy a tratar de relatarle.

El primero, quizá no el más importante a nivel social pero que sin duda afecta a muchos de sus posibles votantes, es el de la altura de los pisos que se pretenden construir. Bloques de catorce pisos de altura en contraposición a los seis que tienen los de los actuales edificios de La Maquinista. No se trata solo de que «tapen el sol», como podría protestar algún vecino, sino de la ruptura brutal del skyline de la ciudad, convirtiendo un proyecto sobre el papel bonito y espectacular en un monstruo de hormigón. Entiendo la necesidad del promotor de tener el máximo de pisos, a fin de cuentas la inversión no va a ser pequeña, pero desde la Associació se ha propuesto una solución tan sencilla como lógica. Por imposición del Ajuntament, el proyecto incluye el mantenimiento de la «Merceditas», una nave situada en  el centro de la parcela que no tiene el suficiente interés histórico como para justificar su existencia. Si se aprovechase ese espacio para viviendas, tal y como se ha propuesto desde la Associació al Ajuntament, sin respuesta por parte de este, se podría conseguir el mismo número de viviendas con edificios más bajos. Y todos tan contentos.

El segundo problema, y este sí que puede ser más preocupante, es el de la masificación. Cualquiera que haya intentado la odisea de acercarse al Centro Comercial un sábado por la tarde (sobre todo en la era prepandémica), sabe el horror circulatorio que se forma, un colapso total que hace del todo insuficientes los accesos a la ronda del Litoral y que acaban sufriendo los vecinos residentes, esos que están viviendo los problemas circulatorios sin que deban compensar el capricho de salir de compras un sábado. Para nosotros, el acudir a una tienda de barrio se nos vuelve igual de insufrible. Ahora, súmele a eso los cambios debido a la urbanización de La Mercedes (1.450 viviendas, 3.800 residentes, 2.000 estudiantes, 400 profesores, visitantes exteriores, etc.). Pero ahí no acaba la cosa, pues a todo esto debemos añadir que a pocos metros del centro comercial (que por cierto va a ser ampliado en 21.000 m²) se van a edificar otros 812 pisos (hablamos de una población residente de unas 2.200 personas). No muy lejos, junto al puente del Palomar, en el sector Colorantes, se van a crear 195 nuevas viviendas, lo que implica, simplificando mucho, un colapso circulatorio total. Teniendo en cuenta la relevancia del Centro Comercial de La Maquinista y el volumen de clientes que tiene, no hace falta hacer muchos cálculos para comprender que ni el transporte público será suficiente ni las calles van a poder digerir la marea de gente que, entre residentes y clientes, se va a crear a diario.

Y eso por no hablar de la necesidad que habrá de muchos más equipamientos que, de momento, ni están ni se les esperan. De momento, la única mejora real del barrio será la cubierta de las vías del tren a la altura de la estación de Sant Andreu Comtal, y eso solo lleva un par de décadas de retraso (y noto es culpa de la Covid).

Por eso, y ante la falta de respuestas por parte del Ayuntament en general y de su  segunda teniente de alcalde, la Sra. Janet Sanz (responsable del área de l'Àrea d’Ecologia, Urbanisme i Mobilitat), le pido, Sra. Colau, que recapacite y se reúna con los vecinos para buscar una mejor solución para ambas partes, la ciudad y los ciudadanos.

Todos queremos un Bon Pastor (y por extensión, una Barcelona) mejor, más moderna, bonita y limpia. Pero para conseguirlo se deben escuchar a todas las partes. Ignorando a los afectados no vamos a conseguir ir nunca hacia delante. En ocasiones como esta, los carriles bicis no lo solucionan todo.

En resumen, Sra. Colau (y Sra. Sanz), reflexionen sobre las implicaciones del proyecto, hablen con los miembros de la Associació y, antes de que sea tarde, busquemos el mejor camino para todos.

 

Atentamente:

Un humilde barcelonés más.


Actualización: Me comentan desde la Associació que, en ocasiones, hacer ruido sí que sirve de algo. Al fin desde el Ajuntament han tenido a bien mantener un encuentro con los vecinos para tratar de dar explicaciones y, quizá, acercar posturas. Veremos en que queda la cosa...


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