En la tormenta es una de esas películas en las que no conviene pensar demasiado. Un grupo de desconocidos atrapados en una casa, una tormenta de nieve y un misterio que señala que uno de ellos es un peligro potencial. Una trama clásica de las novelas de Agatha Christie y que desemboca en un guion lleno de giros y trampas que atrapa desde el primer momento gracias a que el director Damien Power no se anda por las ramas y va siempre directo al grano, consiguiendo que en apenas una hora y media la sensación de claustrofobia no decaiga en ningún momento.
Es
una película interesante, muy intensa y angustiante, donde los actores ayudan a
hacer creíble la trama y con un insano trasfondo aterrador, sin apenas cabida
para el humor. Una película puzle donde todos pareen sospechosos y se juega con
el espectador al gato y al ratón, buscando desorientarlo constantemente.
Esto
conlleva un claro problema, y es que es difícil mantener siempre la
verosimilitud. Por eso he empezado el análisis señalando que es una película
para no pensarla demasiado, para dejarse llevar por ella y disfrutar durante el
visionado, quizá con unas palomitas, tratando de averiguar quién es el culpable
y hacia dónde va todo. Porque si se analiza tras una ligera reflexión, todo cae
al vacío y nos podemos sentir como si nos hubiesen estado tomando el pelo. Pero
no, no nos lo están tomando. Simplemente Power pretende ofrecer un divertimento
sin pretensiones mareándonos un poco e invitando a que, tras los créditos
finales, nos podamos dedicar a otra cosa.
Quizá
no todo el mundo sea capaz de entrar en la historia con facilidad, pero si lo
consigue y se deja engañar por esta absurda ratonera nevada, sin duda podrá
pasar un buen rato jugando a los detectives con mucha menos mala leche de la
que tenían Los Odiosos ocho de
Tarantino.
Valoración:
Seis sobre diez.
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