Una cosa es opinar sobre una película o una serie y otra muy diferente recomendar. Lo segundo es mucho más complicado, ya que no solo cuenta el gusto del que escribe sino que debe tratar de identificar el gusto de aquel al que va dirigida la recomendación.
En ocasiones, sin embargo, es muy sencillo. Tal es el caso de Nasdrovia, una serie a la que me acerqué por sus actores y que, sin
atraparme demasiado, terminé viendo casi de una sentada en su primera
temporada. Recientemente, en Movistar
se han dedicado a anunciar a bombo y platillo el estreno de la segunda, a la
que ellos mismos califican como de «temporada final» y, antes de entrar a valorar
sus virtudes y defectos, ya os anticipo una cosa: o vale la pena verla. Y no
vale la pena verla porque, aunque ellos hablen de final, la realidad es que se
trata de una cancelación en toda regla, y sin entrar en el spoiler ya os
anticipo que el último episodio concluye con un cliffhanger enorme, tanto que aquí no cuela eso de «lo importante
es el camino». Un final tan abrupto que me hace lamentar el tiempo que he
dedicado a estas dos temporadas que ahora sé que no tienen sentido alguno.
Pero
por si acaso alguien quiere atreverse aún a ver la serie, os informo de que se
trata de una dramedia sobre dos abogados, expareja, que cansados de defender a
corruptos se asocian con un cocinero para poner en marcha un restaurante ruso,
sin saber que morirían de éxito y terminarían dando cobijo a un clan de la
propia mafia rusa.
Tras
una `primera temporada algo irregular, con Hugo Silva no demasiado metido en el
papel y una Leonor Watling que se hace un poco cansina con el juego de romper la
cuarta pared constantemente, en la segunda se sube la apuesta, ampliando
escenarios y viajando hasta Rusia para profundizar más en la red mafiosa, pero
noto como que les sigue faltando un punto para coger el tono adecuado. Hay
momentos en que se ponen demasiado serios y reiterativos en sus discursos, haciéndole
falta un poco más de locura y mala leche. Quizá el tono salvaje aunque
inverosímil de, por ejemplo, Sky rojo,
le habría sentado mejor.
En
fin, que como propuesta no está mal del todo, teniendo sus puntos y aceptando
las trampas que propone, pero todo eso cae en saco roto cuando el desenlace
final está planteado para mostrarlo en una tercera temporada que nunca va a
llegar.
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