miércoles, 23 de marzo de 2022

Visto en Netflix: EL PROYECTO ADAM

Los que me conocéis ya sabéis que soy un fanático de las películas de viajes en el tiempo. El tema, por más que pueda carecer de rigor científico, es de lo más apasionante, y El Proyecto Adam presenta una nueva vuelta de tuerca al género.

Concebida para repetir el éxito que Ryan Reynols (actor) y Shawn Levy (director) tuvieron con Free Guy, la película gira en torno a Adam, un viajero del futuro que debe pedirse ayuda  a sí mismo en su versión de doce años para, precisamente, evitar que los viajes en el tiempo existan.

No esperéis aquí ningún debate filosófico ni existencialista alrededor del concepto del viaje en el tiempo, ni queráis profundizar demasiado en sus ramificaciones científicas (siempre bajo el prisma teórico de la física cuántica). Esto no es La llegada ni, afortunadamente, Tenet. Aquí no hay que plantearse si estamos ante una propuesta determinista, si apostamos por la simultaneidad o existen los universos paralelos. No hay cabida para teorías rebuscadas, pues Levy apuesta directamente por la acción y la diversión y, cuando quiere ponerse serio, lo hace desde la emoción, dejando la ciencia totalmente de lado.

Por eso, más allá de paradojas temporales, esto va, en el fondo, sobre el dolor de un niño/adulto por la prematura muerte del padre y la posibilidad del perdón/comprensión al encontrarse milagrosamente ante él. Esa es la maravilla del viaje en el tiempo que propone El Proyecto Adam y ahí está el plato fuerte del film.

Como espectáculo, la película funciona con corrección, aunque no es que las escenas más espectaculares sean su plato fuerte, no por causas presupuestarias sino, posiblemente, por las prisas en los acabados, uno de os argumentos en contra del streaming y a favor del cine de pantalla grande.

Es preciso reseñar la buena química entre Reynols y su yo joven, interpretado por un desconocido Walker Scobell. Con un Reynols más comedido de lo habitual, sus interacciones con Scobell son brillantes, convirtiendo ese desdoblamiento en una especie de relación fraternal, más allá de la simple dinámica mentor/alumno. Ello provoca que sean el centro de la función constante, llegando a eclipsar al resto de estrellas que participan en la función (Mark Ruffalo, Jennifer Garner, Zoe Saldana o Catherine Keener), alejándose por momentos de la ciencia ficción más pura para adentrarse en el terreno de la aventura juvenil con ecos al cine de los ochenta.

Es, en resumen, una muy entretenida apuesta de acción y emotividad ideal para toda la familia, con la dosis justa de humor y solo carente de algo más de espectacularidad en su puesta en escena.

 

Valoración: Siete sobre diez.

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