David Oyelowo, actor de largo recorrido al que en los últimos tiempos hemos podido ver en Gringo: se busca vivo o muerto o Cielo de Medianoche, debuta como director con El Hombre Agua, una curiosa película, a medio camino entre la magia nostálgica de la Amblin y el drama familiar más duro.
Resulta
reconfortante poder encontrar una película que, sin ser nada del otro mundo,
recupere ese espíritu aventurero propio de Los
Goonis con una historia con algo de profundidad, dando peso a los
protagonistas adultos en lugar de recurrir únicamente al factor nostálgico y
poco más.
El Hombre Agua narra la historia de un niño que mal avenido con su
padre debido, por un lado, al pasado militar de este, y por el otro, a la
enfermedad de la madre. Siendo el único que cree en la recuperación de esta,
cuando escucha la leyenda de un ser misterioso al que llaman el Hombre Agua a
que se le suponen poderes curativos emprende una peligrosa búsqueda por
encontrarlo.
Con
toques que recuerdan inevitablemente a Un monstruo viene a verme, El Hombre Agua es una simpática película
de corte familiar que juega a mezclar la fantasía sobrenatural con el drama
para, en el fondo, hablar sobre las carencias afectivas en la familia, tanto en
la del propio protagonista como en la de una nueva amiga con la que compartirá
la aventura.
Oyelowo,
que se reserva también un papel protagonista, saca buena nota de su debut como
director, consiguiendo una nada sencilla alianza entre drama y aventura que
hacen de la película una buena recomendación para toda la familia.
Valoración:
Seis sobre diez.
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