Apenas unas semanas después del estreno de La guerra del mañana, Amazon Prime presenta otra película de esas que, por aspiraciones y reparto, podría haber sido importante de haber pasado por cines.
Jolt sigue la estela de las películas de acción con mujeres como
protagonistas, un subgénero que nunca termina de arrancar, evidenciando que ya
desde la época de Schwarzenegger y Stallone, el cine de acción era algo casi
exclusivo para hombres (otro tema son los personajes de acción femeninos, al
estilo Sarah Connors o Ripley, que de esos siempre habrán).
Jolt podría verse como una vuelta de tuerca al clásico film de Jason
Statham, siendo Crank, veneno en la
sangre, el principal referente.
La
historia del film que dirige Tanya Wexler a partir de un guion de Scott Wascha,
narra la historia de Lindy, una chica que, ya desde su nacimiento, tiene graves
problemas para controlar su ira. Después de varios tratamientos que no hacen
más que aumentar sus problemas (y, de paso, darle algunas habilidades fuera de
lo común), la única solución parece ser un botón que le produce fuertes
descargas eléctricas que consiguen calmarla. Pero, cuando tras una cita empieza
a vislumbrar algo de esperanza para su problema, un asesinato truncará sus
ilusiones, embarcándola en una red de violencia y destrucción por conseguir su
venganza.
El tema de la venganza nos lleva a pensar en una
versión femenina de John Wick, aunque
Jolt carece de la contundencia de
aquella (más heredera de su estilo es Atómica),
estando más cerca (aunque con un tono
supuestamente más realista) a la Lucy
de Luc Besson.
Kate
Beckinsale (a la que teníamos un poco perdida desde el último Underworld) es la estrella absoluta de
la función, pese a contar con algún secundario de lujo para dar lustre a la
cosa (hablo de Stanley Tucci o Bobby Cannavale -no voy a mencionar a cierta
actriz que nombran mucho en ciertas reseñas pues considero que forma parte de
la sorpresa final-), aunque al otro lado de la balanza está ese Jai Courtney
que por algún motivo en Hollywood siguen contratando pese a dedicarse a ir
arruinando franquicias (Jungla de Cristal,
Terminator, DCEU). La actriz está acostumbrada a soportar con el peso de una
película y sale bastante bien parada del intento, pese a que se abusa de
secuencias oscuras en muchas peleas para disimular el uso de una doble.
Al
final, el problema del film es más o menos el mismo que comentaba al respecto
de Disomnia: tras un buen
planteamiento y algunas escenas destacables, la película recurre a un terreno
demasiado conocido como para que disfrutemos de la película en exceso. No hay
nada que destaque en exceso o que vaya a provocar que nos quedemos con el
recuerdo del film en nuestra memoria, por más que las intenciones parecen ser
iniciar una nueva franquicia.
Como
sea, el film entretiene sin más y sirve como pasatiempo sin demasiadas pretensiones.
Valoración:
Seis sobre diez.
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