Después del soplo de aire fresco que supuso para el género zombi la película Tren a Busan, se esperaba con muchas ganas su secuela (dejando aparte la precuela en versión animada que ya existía). Pero la pandemia y la mala suerte han condenado a Península a estrenarse casi de tapadillo en una época en que los cines todavía no se atrevían a arriesgar con sus películas y no ha sido hasta su llegada a Movistar que la he podido ver al fin.
Hablo
de la mala suerte porque, como punto de partida, la película cuenta con varios
elementos en común con Ejército de los muertos, de Zack Snyder, con la que ha coincidido en el tiempo (cuando
Península debería haber sido muy anterior). Ambas cuentan con la originalidad
de plantear una sociedad que sigue su curso con normalidad mientras el
apocalipsis zombi se reduce a una zona geográfica concreta (Las Vegas en aquella,
la península de Corea en esta), a la vez que ambos hilos argumentales arrancan
con el plan de realizar un robo dentro de la zona infectada.
Pese
a los palos que ha recibido por parte de la prensa especializada (por llamarlo
de alguna manera), ya que alguien tuvo las narices de presentarla en sección
oficial en Cannes 2020 (antes de que
el certamen fuese cancelado por el Covid),
la película no es mala en sí misma. Su problema radica en la inevitable
tentación de comparación con la anterior película. En aquella, pese a tocar
todos los elementos comunes del género Z, Yeon Sang-ho sabía cómo tocar la
fibra centrando gran parte de la acción en el drama de la niña protagonista,
mientras que el delirante diseño de los zombis coreanos y las locas persecuciones
por los andenes de las estaciones creaban una tensión tan divertida como
aterradora. En Península, se le nota
mucho el plumero de querer repetir jugada al tener no una, sino dos niñas entre
el elenco de protagonistas destacados, renunciando a la carga dramática para
apostarlo todo a una acción que, si bien es igual de desenfrenada y loca, se
acerca más a las películas de Fast &
Furious o incluso Mad Max que a
un film de terror.
Así,
Península es muy inferior a Tren a Busan y nunca va a entrar en el
top de películas con zombis de ningún aficionado, pero eso no quita para que
sea un buen entretenimiento al que se agradece que, al menos, haya arriesgado
lo suficiente como para cambiar de escenarios.
Valoración:
Seis sobre diez.
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