sábado, 20 de octubre de 2018

ESCUELA PARA FRACASADOS

Kevin Hart es uno de esos cómicos afroamericanos que triunfan en Estados Unidos buscando cubrir el hueco que dejó Eddie Murphy cuando su estrella se apagó, aunque no ha llegado a ser un referente fuera de sus fronteras.
Por mi parte, lo encuentro algo irritante, aunque reconozco que como coprotagonista puede tener cierta vis cómica, como demostró en Un espía y medio o Jumanji: Bienvenidos a la jungla. No obstante, me cuesta soportarlo cuando todo el protagonismo recae en su figura, y Escuela para fracasados es un buen ejemplo de ello, por más que se intente dar a la película un ligero tono coral.
La historia es bastante simplona: por motivos X un grupo de adultos inadaptados deben apuntarse a una escuela nocturna para aprobar la secundaria y allí, entre risas y chascarrillos, vivirán intensas experiencias que les cambiará la vida, los hará más buenas personas y bla, bla, bla...
La mayor parte de la película, dirigida por Malcolm D. Lee, especialista en comedias hechas por y para afroamericanos, la mayoría inéditas en nuestros cines, es un compendio de recursos y situaciones que podrían intercambiarse con cualquier otra película del estilo, demostrando muy poca personalidad y cargada de chistes mucho menos graciosos de lo que se presupone, aunque por lo menos es de agradecer que no abuse del humor de mal gusto y tenga todo un tono bastante blanco (valga la expresión).
Además, quizá debido a un mal planteamiento de los personajes, la película va claramente de menos a más, consiguiendo así elevar su nivel a medida que el grupo de alumnos empieza a hacer piña y consiguen importar algo al espectador. Aún así, la mayoría de las situaciones son más de sonrisa que de carcajada, pero logra que el resultado final sea suficientemente simpático como para no considerar a la película un fracaso como su título en español parece vaticinar.
Pese a todo, los fans de Hart (que me costa que los hay) posiblemente queden encantados con la película, aunque para el resto de los mortales no pasa de ser una comedieta más del montón, muy justita, con algunos giros de guion ridículos y otros muy moñas, pero funcional en sus intenciones.

Valoración: Cinco sobre diez.

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