viernes, 15 de noviembre de 2013

VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS (6d10)

Si comienzo diciendo que nos encontramos ante una película española ambientada durante la dictadura franquista posiblemente lo primero que pensareis es: ¡venga, otra más!
Sin embargo, en esta ocasión, esa oscura etapa de nuestra historia reciente no sirve como base para un alegato político crítico con el régimen, sino como simple telón de fondo para una historia tan sencilla como (a priori) amarga que, en forma de road movie coral y con John Lennon como excusa argumental, desemboca en un mensaje optimista y cargado de buenas intenciones (quizá incluso demasiadas) cuando se torna en una historia sobre la lucha interna y el espíritu de superación.
Sin ser ni de lejos la mejor película de David Trueba, el hermano pequeño de Fernando se basa en una historia real (la de un profesor de Albacete que utiliza las letras de las canciones de los Beatles para enseñar inglés y se desplaza hasta Almería para tratar de conocer en perdona al líder del grupo de Liverpool con el propósito de convencerle para que añadan las letras de las canciones en las fundas de los discos) aderezada con retazos autobiográficos para confeccionar el periplo de tres personajes diametralmente opuestos como son el profesor, una joven embarazada que huye de su pasado y un adolescente que huye de su propia indeterminación, que no solo conectaran desde el primer momento sino que terminarán enseñándose unos a otros lecciones de lo que es la vida y cómo enfrentarse a ella.
Apoyada sobre todo en una exquisita ambientación de la época y unos personajes totalmente empáticos, la historia de Trueba peca demasiado de sencillez, dejando un buen pero breve sabor de boca, y con la sensación de que se queda tan solo a las puertas de la grandeza a la que podría aspirar. Por ello, lo mejor del film son sus intérpretes, con un Javier Cámara tan brillante como nos tiene acostumbrados y dos promesas con un gran futuro, como Francesc Colomer, ya visto en Pà Negre, y la desconocida Natalia De Molina, con el encanto de una sencillez tan arrebatadora que, sin necesidad de una belleza deslumbrante, enamora sin concesiones.
Sin ellos, la película sería una simple sucesión de situaciones simpáticas pero sin alma, pero que con sus interpretaciones se torna apasionada y emotiva,
También ayuda la participación de Eduardo Antuña y los breves cameos de Jorge Sanz, Ariadna Gil y Valentí Guardiola (el padre de Pep), además de dos secundarios de lujo como son el Seat 850 del protagonista y la presencia, casi espiritual, de Lennon y su legendaria Help.
Concluida la visualización quizá uno se quede con ganas de más, sintiendo que falta algo que termine de redondear el círculo, pero nada podrá evitar que una sonrisa se dibuje en nuestro rostro y nos sintamos un poquito más felices, lo que pese a las carencias que pueda tener la película, es más que suficiente para justificar el precio de la entrada.

Y es que, efectivamente, hay veces en que vivir es fácil. Solo hace falta que luchemos por ello.

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