martes, 2 de abril de 2019

NOSOTROS

Vaya por delante, antes de analizar a fondo la película Nosotros, la equivocación que supone traducir su título original. Por una vez (y sin que sirva de precedente, creo que lo más adecuado habría sido dejar el título en inglés para respetar un doble sentido que se destroza en su traducción. Y es que, efectivamente, el Us original puede traducirse como Nosotros pero, tal y como sucede en el maravilloso videojuego Last of us, también puede representar la abreviatura de Estados Unidos (United States).
No soy de los que alabaron a pies juntillas aquella Déjame salir con la que el cómico Jordan Peele daba el salto a la dirección con una pieza de supuesto terror que, a mi entender, caída demasiado en el ridículo y aspiraba a guardar un mensaje anti racial algo rancio. No comulgue mucho con la película, que fue un éxito de taquilla y llego a estar nominada al Oscar (ganando el del mejor guion), por lo que no sabía muy bien que esperar del siguiente trabajo de Peele. Sin embargo, una vez vista la hipnótica Nosotros, debo reconocer que el realizador neoyorquino está componiendo una interesante carrera en clara ascendencia, consiguiendo una película aterradora y enigmática, donde los toques de humor no desentonan tanto como en Déjame salir y cuya metáfora racial está algo más comedida.
Sigue siendo cine social, de eso no hay duda, pero elevado a su máximo exponente. Esto no es solo una lucha entre razas, sino que esconde un mensaje de rebelión de las clases obreras, criticando el consumismo extremo y la dirección de decadencia a la que se dirige una sociedad que ha olvidado sus valores y que se ha construido sobre un legado de sangre.
Para ello, Peele ha inventado un cuento oscuro y macabro que, en otras circunstancias, podría no sostenerse demasiado: Existe una copia oscura y retorcida de todos y cada uno de nosotros que, tras malvivir en las sombras, ha decidido dar el salto y tratar de ser la clase dominante, aunque no tengan muy claro el cómo ni el porqué.
Para ello, Nosotros nos presenta a una típica familia norteamericana (de origen afroamericano, eso sí) que vuelven de veraneo al lugar donde la madre tuvo una experiencia traumática siendo niña. Todo parece confortable y pacífico (incluyendo esa relación de envidia sana con sus vecinos blancos) hasta que unos desconocidos, de aspecto idéntico al de ellos, irrumpen en su casa en plena noche. Arranca la cosa como una home invasión en toda regla, pero Peele no se acomoda (como podría parecer en el tráiler del film) en dicho género y hace constantes giros de guion para sorprender y mantener al espectador tan desconcertado y aterrado como a los propios protagonistas, encabezados por una Lupita Nyong’o que sabe cargar con todo el peso del film en su doble rol de víctima y villana.
La película se construye sobre un guion original del propio Peele, pero no se puede negar que toda la película respira un poderoso aroma a Stephen King. Solo faltaría que el lugar donde transcurren los hechos perteneciera a Maine, en lugar de a California, para que el homenaje fuese total, pues cada uno de los tics y las fobias del escritor están reflejados en la película, incluso aquello que más enerva a sus detractores: los finales.
Y es que es en el final del film y ese giro de guion definitivo donde se resume lo mejor y lo peor del film. O en esos dos finales, podríamos decir mejor. Uno, el que atañe a la protagonista, que, aunque efectivo, tiene el problema de que se ve venir a la legua, enturbiando un poco el espíritu de desconcierto del argumento general. El otro, el que realmente cierra la trama, que es demasiado ambiguo y deja tantas cosas en el aire que invita a que el espectador se componga sus propias explicaciones. Es por eso que Nosotros invita a un segundo visionado donde, ya con todas las respuestas en la mano, poder repasar las pistas que se nos van dando para realizar un profundo análisis posterior de lo que está sucediendo, cosa que siempre es recomendable un una buena película, pero que corre el peligro de que uno se pueda plantear otras preguntas a priori irrelevantes que, o bien no tienen respuesta, o bien se contradicen en el propio guion.
Como sea, Nosotros es una película de sensaciones, que inquieta y conduce al espectador por caminos tortuosos y que invita a la reflexión y el análisis, y cuyo final tramposo, emulando al Shyamalan más fallido, no llega a empañar todo el resto de aciertos del film. Como se suele decir, lo importante no es el final del viaje, sino su trayecto.


Valoración: Ocho sobre diez.

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