jueves, 12 de julio de 2018

LA NOCHE DE LAS BESTIAS: LA PRIMERA PURGA

Cuando una cosa funciona se corre el peligro de abusar demasiado de ella. Eso bien lo saben en Hollywood, pero no es motivo para que no lo sigan haciendo. Y la saga de La noche de las bestias es un buen ejemplo de ello.
Concebida al amparo de Blummhouse, The Purgue: la noche de las bestias fue el vehículo que llevó a James DeMonaco a destacar como director tras unos años escribiendo interesantes libretos de acción, pero al final la saga lo ha logrado absolver y poco se ha prodigado más allá de la hasta hace poco trilogía.
Cuando aparecía que no había nada más que contar (y visto lo visto, así era), DeMonaco se ha sacado de la manga una precuela para tratar de contarnos (como si no quedase suficientemente claro en sus películas) el origen de la dichosa purga, aunque para plasmarlo en imágenes se ha hecho un cambio en la silla de director, siendo sustituido por el casi debutante Gerard McMurray. El resultado es una película con un estilo visual muy similar a las anteriores pero con un ritmo narrativo bastante más irregular.
La excusa de detallar el origen del evento no solo no aporta nada nuevo a la trama, sino que la vuelve redundante (¿de verdad necesita alguien que nos justifiquen el unos de esas máscaras tan psicodélicas marca de la casa?) y incluso afea un poco el mensaje politicosocial de las anteriores. Que para conseguir reducir la delincuencia se permita una noche de libre albedrío una vez al año es una salvajada, pero en caso de tener resultados positivos tiene su interés e incluso podría invitar a un macarronico debate sobre su conveniencia o no. Ahora, en esta precuela, cualquier atisbo de viabilidad se echa por tierra convirtiéndolo todo en una conspiración gubernamental del montón, con momentos tan absurdos e innecesarios como la escena final con Marisa Tomei (¿quién te engañó para hacer esto, tía May?).
Con todo, como suele suceder con los inventos de Blummhouse, la cosa les ha salido barata y, aunque amenaza con aburrir en algún momento, no deja de ser una peli de acción efectiva, que a buen seguro será suficientemente rentable como para asegurar más películas y dar luz verde a ese proyecto de serie de televisión del que se viene hablando desde hace algún tiempo. Sin embargo, el que no llegue a aburrir del todo tampoco justifica su existencia, y la utilización de unos personajes muy planos junto con unos actores de medio pelo (menudo bajón interpretativo ha dado esto, que empezó con Ethan Hawke y Lena Headey, pasó a Frank Grillo y Elizabeth Mitchell y ha acabado con este Y’lan Noel que aporta presencia y poco más).
En fin, La noche de las bestias: La primera purga, es un pasatiempo aceptable para los menos exigentes, pero demasiado tópica y que no muestra nada que no hayamos visto ya en pantalla.

Valoración: Cuatro sobre diez.

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