viernes, 8 de agosto de 2014

BEGIN AGAIN (8d10)

Resulta complicado encasillar esta deliciosa película en un simple género. Así, a bote pronto, podríamos clasificarla como comedia romántica, desde luego. No es que sea desternillante, pero sí contiene numerosos momentos en los que invita a sonreír de oreja a oreja. Y contiene romance, sin duda. Tres son las historias que se plantean aquí: la posibilidad de creer en las segundas oportunidades, la relación destructiva condenada al fracaso y el amago de lo que pudo ser y no fue. 
Sin embargo, no es menos cierto que sobrevuela a la película un puntito de realismo amargo que no suele encontrarse en la comedia romántica americana al uso, habitualmente edulcoradas hasta la saciedad. En Begin again los personajes son creíbles, los diálogos inteligentes y las situaciones lógicas. No es un cuento de hadas por mucho que se le pueda tildar de final feliz y, aparte del encuentro casual que une el destino de los dos protagonistas, las cosas suceden por algún motivo, no hay giros milagrosos ni casualidades mágicas que nos inviten a soñar con un amor onírico e inexistente.
Begin again cuenta, con un arranque ligeramente desordenado, la relación entre Gretta y Dan, dos desconocidos que coinciden en la vida en el peor momento de sus historias personales. Ella acaba de ser abandonada (traicionada) por su novio, recién ascendido al olimpo de la fama como el cantante del momento (y nadie parece reconocer que el verdadero valor de la pareja residía en las letras que ella componía) y él, antiguo fundador de una prestigiosa pero sencilla discográfica que lleva unos años arrastrándose por el lodo del alcohol y la autocompasión, lo han echado de su propia empresa. Juntos, esta pareja de desesperados condenados a entenderse, potenciarán el elemento común que los une, más allá de sus vidas rotas, la música.
Y ahí es donde entra el verdadero protagonista del film, una colección de canciones brillantes, tristes  y amargas unas, divertidas y potentes otras, que encandilan al público a medida que Gretta y Dan culminan un sueño casi imposible de autoproducirse su propio disco, grabado en directo en los lugares más pintorescos de Nueva York. Así, siguiendo el ejemplo de otras interesantes películas colmadas de canciones como Esa cosa llamada amor, Alabama Monroe o la reciente A propósito de Llewyn Davis, las composiciones musicales ayudan a poner voz a sus protagonistas y son el perfecto aderezo a una historia intensa y atractiva que reflexiona sobre el éxito y el fracaso, el precio de la fama y el poder de la familia, aunque no escatima críticas a la industria discográfica y su obsesión por crear productos de usar y tirar que proporcionen dinero rápido caiga quien caiga.
Para cerrar el círculo, el director y guionista John Carney ha tenido la suerte de contar con dos talentosos actores, Mark Ruffalo y Keira Knightley, acostumbrados a intercalar grandes superproducciones  (Los Vengadores, Piratas del Caribe…) con obras pequeñas y casi independientes como esta, pero que rallan la perfección con unas interpretaciones que podrían invitar al exceso pero que en sus manos resultan contenidas y conmovedoras.
Deliciosa y emotiva, es imposible contemplar Begin again sin acompañar el ritmo de sus canciones con los pies o soñar con encontrar algún día a alguien que, como Dan, sepa descubrir el talento que llevamos dentro y nadie parece querer ver.

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