martes, 21 de abril de 2015

La recomendación del mes: LA CARA OCULTA

La recomendación de este mes proviene de Isa, una compañera de trabajo que se extrañó mucho de que no la hubiese visto y me instó a hacerlo, asegurando que no me iba a defraudar. Desde luego que conocía de antemano la película, aunque en su momento no me interesara demasiado (y no porque sea de los que recelan del cine español, bien lo sabéis). Así que en el comentario de hoy no solo hablaré sobre la película sino también sobre por qué no la vi en su momento, pese a que por ello deba incluir algún spoiler, un spoiler que, dicho sea de paso, viene propinado por la propia distribuidora.
El caso es que en el momento de su estreno recuerdo perfectamente haber visto varias veces el tráiler en el cine. Era un tráiler estupendo, interesante y angustioso, sobre una chica que se oculta en una especie de habitación del pánico para espiar a su pareja, de la que sospecha le es infiel, quedando allí encerrada por accidente. Al final del mismo, algo invitaba a pensar que iba a ser una historia de fantasmas, muy de moda gracias a títulos como El orfanato o Los otros. Eso me dejaba dos opciones: que la película pudiese haber sido un intenso thriller de dramático final muy al estilo de las historias episódicas de Alfred Hitchcock presenta…, lo cual estaría muy bien pero ya me lo habían contado todo en el tráiler (que gran cortometraje podría haber sido, recuerdo haber pensado) o que en el fondo fuese la típica historia de casas encantadas, siendo el tráiler una especie de prólogo, opción más lógica y menos interesante. En ambos casos concluí que la película no me podía ofrecer más de lo que ya me había dado el tráiler.
Ahora bien, una vez redescubierta gracias a Isa, resulta muy diferente la cosa. El film arranca con Belén (Clara Lago) grabando un mensaje de video a su novio Adrián (Quim Gutiérrez) en el cual le dice que lo abandona. Están muy lejos de casa, en Colombia, y el pobre muchacho (que es director de la orquesta filarmónica de Bogotá) queda destrozado con la desaparición de Belén sin tener siquiera posibilidad de réplica. Sólo el afecto de Fabiana (Martina García) una atractiva camarera, ayuda a consolar sus penas, cayendo rendido en sus brazos e iniciando una intensa relación con ella que lo lleva a compartir su casa. Es entonces cuando cosas extrañas parecen suceder en ese lujoso apartamento aislado en un hermoso pero solitario paisaje montañoso.
Aquí la película se frena y retrocedemos al momento en que Belén y Adrián, felices y enamorados, se despiden de Barcelona para embarcarse en su aventura colombiana. Se vuelve a contar de nuevo la misma historia, esta vez desde el punto de vista de la desaparecida, muy Fincher todo, logrando una sensación de incertidumbre y suspense muy efectivo que me podría haber apasionado. Si no hubiese visto primero el tráiler, claro.
Estamos, pues, ante una intrigante y terrorífica historia con un desconcertante triángulo amoroso pero cuyo giro radical y clave de guion es absurdamente revelado y detallado en su tráiler, arruinando toda posibilidad de sorpresa y dejándome sin el suspense necesario para disfrutar de la película tal y como sin duda le habría gustado a su director, Andrés Baiz , que apenas se ha prodigado después de esta película, cuya taquilla quizá se haya visto injustamente mermada por culpa de su mala promoción.
El reparto, casi limitado a los tres protagonistas, encaja perfectamente en la función, en plena escalada al estrellato de Clara Lago (por esta época ya era una cara conocida gracias a Los hombres de Paco) pero aún tendría que saborear las mieles del éxito de Tengo ganas de ti y, sobre todo, Ocho apellidos vascos) y una Martina García correcta, aunque (no nos engañemos) su presencia se debe más a ser una cara bonita que a una interpretación prodigiosa. Uno de los mayores aciertos del film es, sin duda, la participación de Quim Gutiérrez, un actor que no suele ser santo de mi devoción  tiene una mirada oscura que aquí va de perlas para invitar al espectador a dudar sobre si tiene algo que ver o no con la desaparición de Belén.
Lamento profundamente no haber podido ver la película sin el destripamiento argumental al que fui sometido, por lo que no avanzaré más revelando si hay finalmente presencia fantasmal o no, y reservándome el último (aunque algo forzado, me habría gustado más que la película hubiese terminado diez minutos antes) giro argumental.
Con todo, los realizadores no tienen ninguna culpa del desaguisado del tráiler, y la película, valorada de manera independiente, es interesante y atrapa al espectador desde su inicio, manejándolo a su antojo y sin permitirle tener claro conocimiento de si está ante una historia romántica, dramática o de terror, pero haciéndole disfrutar igualmente.


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