Hollywood sigue explotando la nueva moda de las secuelas tardías (hoy mismo me he enterado de que el proyecto de Arma letal 5 está en marcha), aunque parece que esta vez sí han contado con el apoyo del público.

No parece que a Bad boys for life le haya sentado mal el cambio en la dirección, y si bien el binomio formado por Adil El Arbi y Bilall Fallah (que ya están siendo tanteados por Marvel) no alcanza las cotas de explosiones desmedidas del señor Bay (sirva 6 en la sombra como ejemplo perfecto), consiguen dar un ritmo espectacular a la película, alternando sus momentos de efectivo humor con persecuciones adrenalínicas y acción de la buena.
Con Will Smith y Martin Laurence repitiendo roles, la película funciona como un mecanismo de relojería, y aunque el argumento sea casi lo de menos (pese a que el giro final al menos aspira a romper esquemas), la puesta en escena es tan impecable que apenas nada chirría en este espectáculo emocionante y divertido tan propio de los noventa.
Con la cuarta entrega ya anunciada, Will Smith parece haber conseguido al fin un camino para la redención, después de fracasos como Géminis y que su personaje de Escuadrón Suicida desaparezca de la secuela. Quizá al fin se haya rendido a las evidencias y haya decidido entregarse a la comedia sin imponer esos toques dramáticos que tanto le gustan a él y que tan mal funcionaban en pantalla.
Valoración: Siete sobre diez.
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