lunes, 15 de junio de 2020

Vista en Netflix: REALITY Z

Pese a haberse dicho siempre que su catálogo es un cajón de sastre donde cabe de todo, si hay algo a lo que Netflix parece abonado es a los zombies. Tras éxitos como Black Summer o Kingdom o comedias tan estimulantes (pero lamentablemente canceladas ya) como Santa Clarita Diet o Daybreak, ahora su nueva apuesta llega desde Brasil y se llama Reality Z, siendo nada más ni nada menos que un remake de la espléndida serie británica Dead Set que despuntó cuando los zombis no estaban aún tan de moda.

La premisa es muy sencilla: una epidemia Zombi se desata en Río de Janeiro (más tarde se descubrirá, como no podía ser de otra manera, que se trataba de algo global) dejando como supervivientes a los protagonistas de un reality televisivo, una especie de Gran Hermano (así era en el original) que en este caso está inspirado en el Olimpo de los dioses.

Reconozco que su arranque se me antojó demasiado fotocopiado de la versión inglesa, incluyendo el momento zombi en silla de ruedas, pero a medida que avanza la serie (algo más larga esta vez), se sabe distanciar. Quizá no alcanza nunca en calidad a la británica, pero sabe eludir el único problema que aquella tenía, el juguetear con cierto desinterés al alejarse de los platós televisivos, amenazando con convertirse en un producto de zombis del montón. En Reality Z el «Olimpo» siempre está presente y la metáfora se lleva hasta el final, teniendo que nominarse entre protagonistas para decidir quién merece seguir en el juego y quien no.

Por supuesto, el ser un producto brasileño hace que no convenga compararlo con sus homónimos anglosajones, siendo las escenas de acción las que más pobres resultan, pero a cambio han apostado por un desborde de la sangre y la casquería digna de aplauso. Puede que con ello consigan que la serie no sea del agrado de todo el mundo, pero al menos sabe ser contundente dentro de un género en el que la amabilidad no tiene cabida.

Otro aliciente, por más que al principio pueda llegar a desconcertar, es la ausencia de un protagonista real. Como en un reality cualquiera, todos los participantes pueden ser eliminados cuando menos te lo esperas, y si Hitchcock se atrevió a matar a su protagonista apenas empezar Psicosis, ¿por qué no iban a hacerlo estos? No es que sea una carta ganadora (a veces cuesta implicarse con personajes a los que no has tenido tiempo de cogerles cariño) pero ayuda a que no te acomodes y pienses que puede pasar de todo en cualquier momento.

En fin, una muestra más de que los zombies, valga la contradicción, siguen más vivos que nunca.

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