martes, 6 de diciembre de 2022

Visto en Netflix: LA GUERRA DEL FUTURO

La guerra del futuro es una película de ciencia ficción hongkonesa dirigida por Yuen Fai Ng, dedicado hasta la fecha a la confección de efectos visuales, cosa que marca profundamente la película. No es que estemos ante un espectáculo visual sin parangón, pero sí es cierto que para tener un presupuesto relativamente discreto cumple con creces para lo que se espera de ella. Lo malo es que, a cambio, el guion resulta terriblemente flojo, alcanzando lugares demasiado comunes y sin que parezca tener nunca demasiado claro lo que pretende contar.

La historia nos traslada a un 2055 en el que las guerras y el calentamiento global han provocado que la atmosfera sea prácticamente irrespirable. Para ello se construyen una serie de cúpulas protectoras, pero un meteorito arrasa una de ellas, concretamente sobre la zona B-16, un distrito de un Hong Kong futurista. Pero ahí no acaba la cosa, pues de su interior emerge una planta gigante que se expande por toda la ciudad, arrasándolo todo. Irónicamente, esa amenaza es también una esperanza para la humanidad, ya que con las modificaciones necesarias es capaz de purificar el aire, aunque para ello un grupo de soldados casi suicidas deben llegar hasta el pistilo para alterar el genoma.

Sobre el papel, parece una historia ambiciosa y llena de giros, pero todo lo aquí explicado se expone apenas en el arranque del film, dejando el resto para presentar un correcalles por toda la ciudad en ruinas, alardeando tanto de los efectos visuales que por momentos parece que estemos más ante un videojuego muy realista que ante un film de acción. Al final, el aparente mensaje ecologista brilla por su ausencia, lo del meteorito es puramente anecdótico y las amenazas van variando hasta no saber si hay un argumento bien hilado tras el film o, como indica su aspecto visual, es un simple juego de ordenador en el que hay que ir pasando pantallas hasta alcanzar el último nivel.

Por eso, La guerra del futuro no deja de ser una curiosidad que puede agradar a los amantes del género pero que no les dejará ningún poso y que sirve, más que nada, para dar un toque de adrenalina al fondo de armario de Netflix. Es de esas películas que estará un par de semanas en el top diez y al cabo de un mes nadie recordará haber visto.

 

Valoración: Cinco sobre diez.

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