lunes, 5 de diciembre de 2022

Cine: SINTIÉNDOLO MUCHO

Fernando León de Aranoa se caracteriza tanto por sus trabajos documentales como por sus películas de ficción siempre muy enmarcadas en una realidad social muy concreta. Con sintiéndolo mucho se supera a sí mismo y, atraído por la admiración, primero, y la amistad después, presenta un documental filmado durante nada más ni nada menos que quince años sobre la figura de Joaquín Sabina, sin duda el artista español más importante que ha habido.

Sintiéndolo mucho no es una biografía, ni tampoco un retrato de amigo que se dedique a loar sus virtudes. Es más bien un desnudo integral, un salto sin red del de Úbeda que, empezando por la caída que tuvo en el WiZink Center de Madrid, repasa mediante conversaciones con el director esa vida de excesos, amoríos y, sobre todo, mucha música, pasando a lo largo de su trayectoria por el rock, el tango y el mariachi como máximas inspiraciones, siendo la figura de Bob Dylan la más imprescindible.

León de Aranoa roza la polémica cuando centra buena parte del metraje en la amistad de Sabina con el torero José Tomás, que algunos ha criticado por un supuesto alegato protaurino (que no comparto), pero que funciona a la perfección como símil entre la cogida que sufrió el diestro (precisamente con Sabina como espectador y a escasas horas de un concierto) y la caída del cantautor que puso en serio peligro su vida.

Sintiéndolo mucho no quiere hacer un recorrido fiel por la vida y obra de Sabina (para ello hay muchos libros interesantes, como los escritos por su amigo y confesor Javier Menéndez Flores), por lo que no aborda temas como su difícil relación con Fito Paez, se echa en falta algo de presencia colchonera ni aparecen por aquí amigos del pasado como Javier Krahe, Javier Gurruchaga, Víctor Manuel, etc. (solo Serrat y Leiva hacen acto de presencia), pero tampoco es lo que se pretende, consiguiendo el director que con estos breves retales de su vida uno pueda conocer mejor a la persona de lo que es capaz de conocer, por poner algún ejemplo de biografía más oficial de un cantante, a Freddy Mercury tras Bohemian Rhapsody. Además, tiene el inmenso mérito de, ser totalmente documental, alternando escenas rodadas a mano en los últimos quince años, imágenes de archivo y una entrevista relativamente reciente, tiene el desarrollo propio de una película de ficción con la caída famosa como clímax final. 

Por supuesto, todas estas alabanzas no le valdrán a aquel que no comulgue con la música de Sabina, pero aun así, Sintiéndolo mucho ayuda a conocer la realidad tras un artista, con sus hitos y debilidades, que reconoce, con amargura, que sus mejores canciones ya han sido escritas y que, sin embargo, deja un regalo en forma de último tema, aunque sea amargo tanto en su mensaje como en su concepción. Sirva, como mínimo, como homenaje a dos figuras más importantes para él de lo que quizá en otra época se habría atrevido a reconocer: su padre y su Jimena. Sin ellos, este no sería el Sabina al que, personalmente, tanto admiro. Y que Fernando León de Aranoa ha sido capaz de desvelar, con sus miserias incluidas, para todos sus seguidores, sin importar que no haya sido profeta en su tierra.

 

Valoración: Ocho sobre diez.

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