Permítanme
ustedes que realice un comentario un poco más largo de lo que la propia peli se
merece. Y es que si The Interview en
sí no es un film para nada relevante, su estreno sí lo ha sido.
Por
ello, comenzaré realizando un análisis puramente cinematográfico.

He
querido limitarme hasta ahora en la reflexión fílmica porque,
independientemente del favor que Kim Jong Un y su supuesto enfado con la
película (aún no está del todo claro que las infiltraciones sobre las supuestas
amenazas terroristas emitidas desde Corea del Norte en caso de estrenarse el
film así como los cacareador ciberataques que se han dado en llamar el Sony leaks
sean totalmente ciertos) haya hecho a la recaudación del film me parecen injustas
las muchas críticas que se apuntan al dicho de mucho ruido y pocas nueces, que
han pretendido cargarse cruelmente la película como si la posible ofensa al
líder comunista invitara a pensar que estamos ante una obra maestra. Debemos
analizar la película como lo que es, una comedia gamberra a imagen y semejanza
a otras estupideces paridas por Rogen y Goldberg (el propio cartel remite a Malditos vecinos), recordando las
pretensiones de sus autores al realizarla, más allá de el maremágnum de
polémicas y asuntos turbios en los que se ha visto envuelta y del que para nada
se debe responsabilizar a Rogen, Golberg o Franco. La película debe gustar o no
libre e independientemente de asuntos externos, y muchos que se consideran
críticos en el fácil mundillo de la bloggesfera lo olvidan con relativa
facilidad.
En
fin, al cine lo que es del cine, y en este caso se trata de cine simple y plano
con algunas pretensiones a juzgar por el desorbitado clímax final y que no es,
al final, más que una comedia gamberra en la que la verdadera triunfadora
termina siendo, ni más ni menos, Katy Perry.
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