lunes, 4 de junio de 2018

BORG/MCENROE

En 1980 la final del campeonato de tenis de Wimbledon se convirtió en casi un hito del deporte. Enfrentaba a dos tenistas totalmente opuestos entre ellos, el frío y distante Bjöm Borg y el pasional e irritable John McEnroe. Quienes vivieron ese partido seguro que lo recordarán por su gran calidad deportiva y la emoción del juego. Quienes no lo vivieron... Bueno, mejor que no busquen información sobre el mismo hasta después de haber visto la película.
Con ese partido como excusa argumental, el director Janus Metz Pedersen compone un retrato psicológico de ambas figuras, completando la personalidad de ambos con ligeros flashbacks sobre sus inicios en el mundo del deporte y enfrentándolos ante las cámaras, consiguiendo un duelo fuera de las pistas que, aun sin que apenas se crucen hasta el momento del partido, crea una tensión permanente.
De hecho, aunque Borg/McEnroe sea sin duda una película deportiva, también podría contemplarse como un drama psicológico que, conforme se hacerla la hora de la gran final, se va tornando en un thriller de suspense. Gran parte del mérito, sin duda, está en la extraordinaria caracterización de los dos actores protagonistas. Por un lado, Sverrir Gudnason hace un excelente trabajo de contención, mientras que el McEnroe de Shia LaBeouf es tan intenso y desafiante que cuesta saber dónde termina la interpretación y comienza el actor, siendo las salidas de tono y el carácter aguerrido y desafiante (insultante a veces) del tenista tan polémico como las del propio protagonista de Transformers.
Encuentro ciertos paralelismos entre esta película y Rush, aquel magnifico film de Ron Howard sobre la rivalidad entre James Hunt y Niki Lauda, y de igual manera que comenté en su momento que uno podía disfrutar de la película sin ser un apasionado de la Fórmula Uno, lo mismo sucede con Borg/McEnroe con el mundo del tenis. En este sentido me viene también a la mente otro referente, más cercano en el tiempo, La batalla de los sexos.
Borg/McEnroe dibuja muy bien la personalidad de ambas figuras del tenis mundial, haciendo hincapié en la presión que desborda al gran triunfador tanto como a la del aspirante que no ha ganado nada aún, y como dos posiciones tan diferentes pueden ser igual de difíciles de lidiar. Con ello, Pedersen hace un retrato del peso de la fama y de los sacrificios que conlleva ser un jugador de élite, tan importante a nivel general como la propia historia personal de ambos.
El gran logro de la película es conseguir intercalar las dos personalidades, enriqueciéndolas hasta el momento del partido decisivo, aunque quizá el supuesto clímax final llegue demasiado pronto y no esté suficientemente bien representado en pantalla. Siendo un buen aficionado al tenis, encontré el partido definitivo algo largo y visualmente no todo lo impactante y espectacular que deberla, lo cual sin duda pueda ser un lastre para aquellos no tan interesados en el deporte de la raqueta como yo. Aun así, Borg/McEnroe es una gran película, no solo por la aportación que hace a la figura de los dos protagonistas sino por el retrato que hace del peso de una presión excesiva que bien puede referenciarse a cualquier otro ámbito ajeno al deporte, logrando además ser emocionante y emotiva.

Valoración: Siete sobre diez.

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