martes, 12 de marzo de 2019

MULA

Pese a su avanzada edad (está a punto de cumplir ochenta y nueve años), Clint Eastwood sigue rodando a un ritmo imparable y con menos de un año de diferencia con respecto a su última película, 15:17, tren a París, lo cual es de por sí solo digno de admiración, independientemente del resultado final de sus trabajos.
Es indudable, sin embargo, que sus mejores tiempos como director han quedado atrás, y a excepción de la estimable Sully, sus últimas películas eran bastante olvidables, siendo posiblemente Gran Torino su última aportación destacable a la industria (aparte, quizá, de ese trabajo “de encargo” que era Invictus).
Con Mula, Eastwood regresa, además, como intérprete, después de haber dicho que se retiraba tras la mencionada Gran Torino, en 2008, aunque cuatro años más tarde volvería a aparecer (fue una colaboración “como amigo”) en la olvidable (y olvidada) Golpe de efecto.
Eastwood siempre se ha caracterizado por hacer un cine bastante intimista, con una clara línea a seguir en sus trabajos más personales, con temas como la soledad, el abandono o la redención, en películas crepusculares con la que Mula podría cerrar una trilogía iniciada con sin perdón y continuada en Gran Torino.
En Mula, Eastwood interpreta a un viejo amargado, encerrado en su mundo de horticultor, donde se mueve como pez en el agua, simpático, dicharachero y triunfador, pero que lo ha alejado de una familia que, en el mejor de los casos, lo ignora y en el peor, lo odia. Cuando los tiempos avanzan más rápidos que él mismo y termina en la ruina decide aceptar un trabajo de conductor sin hacer demasiadas preguntas, pero cuando el dinero es tan sencillo de ganar y las posibilidades de arreglar sus errores del pasado parecen factibles, es difícil detenerse.
Mula es, por tanto, una huida hacia delante, un relato inspirado en el caso real de Leo Sharp, que sirve para recuperar todos los tics del “anciano” Eastwood donde se confirma que, irremediablemente, lleva años haciendo la misma película. En esta ocasión, sin embargo, y pese a contar con el mismo guionista que Gran Torino, la historia tiene algo más de humor de lo habitual y se maneja hacia unos convencionalismos que hacen que, acompañando al drama intimista del protagonista, haya una historia paralela del gato y el ratón propia de películas como Atrápame si puedes o aquella interesante Un mundo perfecto que él mismo realizó hace ya veintiséis años y que, pese a contar con la parte interpretativa más talentosa (por ahí están Bradley Cooper -que repite con Eastwood después de El Francotirador-, Michael Peña, Andy García y Laurence Fishburne) que nunca termina de arrancar del todo. Es por ello que la película muestra un ritmo irregular, cabalgando entre una trama policíaca fallida y un drama familiar algo más correcto (junto a su hija -real y en la ficción- Alison Eastwood se encuentran también Taissa Farmiga y Diane West), y que, pese a que no llega a ser aburrida, si tiene un cierto aroma a rancio, como si la trama fuese tan caduca como el propio personaje, que se limita a justificar la mayoría de sus errores condenando a Internet y a los móviles (¡ay, abuelo…!).
Duele, además, ver a un Eastwood tan mayor. Es cierto que cada uno tiene la edad que tiene y que hay que aplaudirle por seguir al pie del cañón, pero viendo los esfuerzos que aparenta necesitar para cosas tan nimias como sentarse en una silla, cuesta creerse que pueda realizar viajes tan largos al volante de su furgoneta, soportar una paliza de dos mafiosos o retozar con las espectaculares chicas que le ofrecen sus nuevos amigos narcotraficantes (por cierto, ridícula la escena en la piscina en la que Eastwood, en modo “viejo verde” quiere emular las escenas de contoneos sexuales de la saga Fast&Furious y no llega ni a la altura de Torrente).
Una película aceptable, en fin, donde se deconstruye una vez más al héroe americano y cuyo mensaje se repite con tanta insistencia que termina resultando cursi y cansino. Es mejor película que la aburrida 15:17, tren a París, la manipuladora El francotirador o la mediocre Jersey Boys, pero no está, ni de lejos, entre las mejores películas de este director al que quizá le tocaría ya un más que merecido descanso.


Valoración: cinco sobre diez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario