miércoles, 20 de abril de 2022

Visto en Netflix: LA BURBUJA

Netflix sigue apostando fuerte por traerse a su cobijo a los mejores y más aclamados directores del panorama hollywoodiense, tentándolos, posiblemente, con una libertad creativa que no suele darse en las productoras convencionales. Ya he comentado alguna vez que esto es un arma de doble filo, y La burbuja es una buena muestra de ello.

Sin nadie que le ponga el freno de vez en cuando (o le meta algo de tijera), Judd Apatow, otrora enfant terrible de la comedia romántica más desatada, firma junto a Pam Brady su película más irregular, una extraña mezcla de conceptos que nunca terminan por definirse del todo y que hace dudar de lo que el realizador quiere explicarnos.

Y eso que la premisa es de sobras interesante, consiguiendo, sin nada de esfuerzo, ser una de las producciones más atractivas de cuantas de engloban en el marco de la pandemia, como las aburridillas Inmune y Confinados o la decepcionante serie zombi The bite.

La burbuja cuenta como, en pleno estado de alarma por la Covid-19, una productora crea una burbuja segura en un lujoso hotel con el fin de filmar una secuela de una saga de películas tan exitosas como ridículas. Es de imaginar la de disparates que esto puede llegar a provocar, pero si bien tenemos un compendio de gags de diversa índole, algunos más celebrados que otros, hay una sensación de torpeza narrativa en el guion que se transmite en la película, como si el caos del rodaje que se describe se hubiese dado también en el rodaje real.

Empezada la acción, uno pensaría que iba a ver una crítica ácida e inteligente hacia el cine más palomitero, así como a la estupidez de la generación Tik tok o a la codicia de los grandes productores que priman el éxito por encima de la seguridad. Y sí, algo de todo ello hay, pero planeado de una forma confusa y nada estimulante que hace que se alternen escenas de brillante caricatura con momentos sumamente aburridos.

Y todo ello, desperdiciando a un reparto más o menos coral donde resalta algo el papel de Karen Gillian pero desaprovechando mucho la presencia de Pedro Pascal, Keegan-Michael Key, David Duchovny, Leslie Mann o Maria Bakalova, eso sin contar la colección de cameos que aparecen por ahí, algunos sin el más mínimo sentido, quizá como simple pago de alguna deuda con el director o por el amiguismo que tan de moda pusiera Santiago Segura en su filmografía.

Al final, lo que queda es una mezcla entre simpática diversión e historia plana, con trayectorias de personajes que no van hacia ningún lugar, que pese a poderse ver con  una sonrisa gracias a algunos chistes referenciales más o menos acertados, no deja de dejar cierto aroma de decepción.

 

Valoración: Cinco sobre diez.

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