No
hay ninguna duda de que la novela de terror está en un momento muy fructífero
en nuestro país. Y si hablamos del género apocalíptico (y más concretamente de
la categoría zombie) la cosa es más que notable. Por ello, resultaba extraño
que el cine hubiese tardado tanto en fijarse en alguno de estos autores que,
educados bajo el manto del cine casposo de Romero y sus imitadores, beben los
vientos por muertos vivientes que caminan por un planeta desolado sin más
objetivo que hacerse una estupenda merienda a nuestra costa.
No
ha sido Calos Sisi o Vicente García quienes han abierto la veda, sino el
conocido aunque no tan mediático Juan de Dios Garduño, cuya novela Y pese
a todo… da pie a este film español que inicialmente iba a titularse Welcome to Harmony en referencia a la población
donde tienen lugar los hechos, sustituyendo a la Bangor, Maine, de la obra
literaria.
Dice
Miguel Ángel Vivas, director y coguionista de la película, que el cambio de
localidad es, precisamente, para evitar las influencias que el escritor haya
podido tener de Stephen King, el autor por antonomasia de Maine, pero eso no
evita que la película contenga un enorme guiño (me parecería lamentable que
hubiese sido involuntario) con un “falso final” que parece calcado al de una de
las películas que Frank Darabont ha adaptado basándose en un título del señor
King.
Con
algo de producción húngara, francesa y americana, la película –que viene apadrinada
por Jaume Collet Serra- ha sido filmada en inglés con un breve pero interesante
reparto internacional, encabezado por el “perdido” Matthew Fox, un secundario
de lujo como Jeffrey Donovan, la niña Quinn McColgan y la aportación patria de
Clara Lago.
Con
un estilo intimista y pausado, Extinción
quiere hablar más sobre las relaciones personales en momentos desesperados que
de simple terror, por lo que la historia que nos presenta es la de un padre y
una hija que malviven en un pueblo congelado sin tener contacto alguno (amistoso,
al menos) con su vecino (y aparentemente único superviviente en todo el
planeta) cuyos secretos del pasado han condenado a una enemistad eterna.
No
voy a quejarme de que los zombies (que aparecen poco pero cuando lo hacen lucen
muy bien) sean una mera excusa para hablar sobre la psique de nuestros dos
protagonistas, del rencor y los fantasmas del pasado que los acechan y de la
esperanza y única posibilidad de entendimiento que supone la niña (después de
la segunda temporada de The Walking Dead
uno ya está preparado para todo), el problema radica en que al final las
diferencias entre los dos protagonistas no resultan tan interesantes para
llevarse toda la atención de la película ni su pasado es tan grave como
anteponer sus diferencias a la propia supervivencia. Y ahí, unto a alguna
escena bastante irritante en la que algún personaje actúa de forma totalmente
fuera de lugar, es donde la película más cojea.
A
cambio, Vives consigue una atmosfera perturbadora, con escenas heladas
bellamente filmadas y una caracterización zombie ciertamente interesante,
logrando un producto que si bien no aporta nada novedoso al género si resulta
un entretenimiento digno y sobrecogedor.
Extinción
n o va a pasar a la historia de nuestro cine, como no lo hicieron otras
historias postapocalípticas como Fin
o Los últimos días, pero demuestran
que hay vida (o mejor dicho, muerte) más allá de Balagueró y Plaza y que la
epidemia zombie no ha hecho más que empezar.
Había
historias zombies gore, historias zombies cómicas y ahora, también, historias
zombies reflexivas.
Un
buen aperitivo en espera de la aplaudida Maggie
con Schwarzenegger.
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