viernes, 18 de noviembre de 2016

JACK REACHER, NUNCA VUELVAS ATRÁS. Cruise sigue siendo el mejor.

Hace poco escuché a alguien preguntándose cuándo era la última vez que alguien había visto una mala película de Tom Cruise. Efectivamente, tras algunos años de incertidumbre en los que la afamada estrella parecía ser noticia más por asuntos personales (relacionados con sus creencias religiosas sobretodo) que por su cine, el bueno de Tom ha sabido encauzar el rumbo y resurgir como la gran estrella que es.
Su filmografía siempre se había caracterizado, desde sus inicios, por alternar productos muy comerciales (véase Cocktail o Top Gun) con apuestas arriesgadas (Nacido el cuatro de julio, Rain man), y aunque en los últimos años la comercialidad parece definir sus películas siempre hay espacio para pequeñas frivolidades tales como su aportación a Tropic thunder o el estrambótico personaje que interpreta en Rock of Ages. Dicen, sin embargo, que hoy en día todo gran actor busca desesperadamente una franquicia que le garantice el sustento de forma regular, y si Cruise ya tenía la estupenda Misión imposible (solo la secuela de John Woo era ligeramente fallida) ahora debe sumarse la saga de Jack Reacher, que teniendo en cuenta que se basa en una colección de novelas que ya van por su decimonovena entrega podría tener cuerda para rato.
Jack Reacher fue, en 2012, una grata sorpresa. Dirigida por Christopher McQuarrie, la película presentaba a un exmilitar que aparecía de la nada para ayudar a la fiscal del distrito a desentrañar un asesinato múltiple que escondía una conspiración empresarial detrás. La película presentaba una factura impecable y ya dejaba ver las múltiples posibilidades que ofrecía para el cine este investigador con pasado marcial sin apenas historia, un fantasma que vaga sin rumbo fijo por todo Estados unidos en busca de su lugar (o quizá más bien huyendo de él).
Para esta secuela McQuarrie (que ha vuelto a colaborar con Cruise en Al filo del mañana y Misión Imposible: Nación Secreta) se baja del carro de la dirección, manteniéndose sólo como productor y cediendo el testigo a Edward Zwick, otro viejo conocido de Cruise al que tuvo a sus órdenes en El último samurái y responsable también de clásicos como Leyendas de Pasión o Diamante de sangre.
La película adapta la novela número dieciocho de Lee Child, con lo cual no hay ningún orden preestablecido entre cine y literatura, pero poco importa viendo la autonomía de cada novela. Es aquí cuando empezamos a vislumbrar algo (poco) del pasado de Reacher y aspiramos a conocer su posible ámbito familiar con la aparición de una posible hija ilegítima.
De nuevo estamos ante una historia de conspiraciones que salpica esta vez al propio ejército americano, involucrando como principal sospechosa a la coronel Turner, único contacto de Reacher con “el mundo real” y quizá su única amiga, pese a no haberse conocido nunca en persona. Es cuando ella es arrestada que Reacher decide intervenir y ponerlo todo patas arriba como solo él sabe.
Es posible que el estilo de Zwick no sea tan atrevido como el de McQuarrie y que se le note cierta flojeza en las escenas de más acción, pero no cabe la menor duda de que el realizador de Chicago sabe dotar a su narrativa de cierto clasicismo que aporta al film un aire casi noventero que le sienta muy bien, aparte de dominar a la perfección el apartado sentimental, que en esta ocasión es casi tan importante como la propia acción.
Con Cobie Smulders como coprotagonista del film (la Maria Hill de Marvel o Robin en Cómo conocí a vuestra madre), es la joven Danika Yarosh quien más destaca como tercer miembro de este improvisado equipo de acción que debe hacer frente a una nueva conspiración que, en esta ocasión, puede salpicar al propio gobierno. Es la buena química entre este trío lo que mejor hace avanzar la película, por encima de un villano con carisma pero con la suficiente presencia como para ser clave en esta nueva aventura de Reacher.
Con grandes dosis de acción y un Tom Cruise que sigue en plena forma, Jack Reacher, nunca vuelvas atrás es un fantástico entretenimiento, una película capaz de divertir por sus secuencias de lucha y sus persecuciones pero que logra además tener tiempo para algo de sentimentalismo que funciona a la perfección y que en ningún momento rompe el ritmo de la narración. Quizá por eso mismo el haber prescindido del factor romántico sea otra gran decisión.
Puede que muchos se debatan entre si esta nueva película está por encima o por debajo del Jack Reacher de McQuarrie, pero de lo que no hay duda es de que es una digna sucesora y que  hace que la saga merezca seguir creciendo, aunque de momento no hay nuevo título confirmado y Cruise parece que tiene el futuro demasiado comprometido con la secuela de Al filo del mañana, la nueva entrega de Misión imposible y su participación en el Monsterverso. Habrá que seguir a la espera. Desde luego, por material literario no será…

Valoración: Siete sobre diez.

1 comentario:

  1. Difiero. Mientras su relación con Turner aporta cosas y se salta tópicos de género, no soporto el que hayan metido a la niña Reacher, más haciendo de adolescente insoportable.
    Eso sí, creo que la gente le ha dado caña al film cuando es digna sucesora del espíritu de mcquarrie.

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