domingo, 31 de diciembre de 2017

Análisis: ¿PORQUÉ LOS ÚLTIMOS JEDI ME PARECE UNA PELÍCULA MEDIOCRE?

He tardado más de lo que habría deseado, pero al fin he podido volver a ver Star Wars: Los últimos Jedi y, tal y como prometí, voy a intentar analizarla a fondo y dar mi punto de vista según el cual la obra de Rian Johnson es una película fallida, rozando casi la mediocridad. Para ello, he decidido hacer un extenso resumen de la trama desde mi perspectiva donde, aviso desde ya, habrá todo tipo de spoilers, así que estáis avisados.
Debo confesar que viéndola por segunda vez, estando advertido ya de lo que me esperaba, los toques de humor no me molestaron tanto como la primera, aunque detalles como la nave aterrizando que resulta ser una plancha me sigue pareciendo insultante, más propio de Aterriza como puedas que de la saga de Lucas. En cambio, sabiendo ya lo que iba a suceder, se me antojó demasiado larga y, por momentos, aburrida, algo que nunca me había pasado con las anteriores, ni siquiera en las precuelas, lo que demuestra, de alguna manera, cuanta paja hay en el guion.
Creo que Johnson ha hecho un trabajo sucio y traicionero con esta película. No es digna de ser el capítulo VIII de Star Wars, ya que parece más una muestra publicitaria de lo que el tipo es capaz de hacer con vistas a conseguir esa trilogía propia que parece ya confirmada. Para ello, no le importa traicionar las leyes cinematográficas pisando los temas más interesantes planteados por Abrams en El despertar de la Fuerza y haciendo un capítulo que parece más final que intermedio, dejando las cosas muy complicadas de cara al episodio IX.
Los últimos Jedi es una película espectacular en lo visual, casi de las mejores (sigo considerando a Abrams superior a Johnson, pero tampoco tengo ninguna queja con el tipo desde el punto de vista de la dirección), pero que fracasa en lo argumental. Johnson se encuentra muy cómodo planteando el conflicto entre Rey y Kylo Ren, pero parece como si todo lo relacionado con la Resistencia le sobrara, teniéndolos en la historia metidos con calzador por necesidades de coherencia interna, mientras que su filosofía respecto a los Jedi y la Fuerza es tan interesante como traicionera.
Lo peor de todo es el poco respeto que tiene hacia los personajes. La mayoría se pasan la película dando vueltas de un lado a otro, como pollos sin cabeza, jugando a ver quién hace la estupidez más grande y empalmando un fracaso tras otro. Vamos a verlo:
La película empieza con La Primera Orden acorralando a la Resistencia, que parece mucho más mermada que al final de El despertar de la Fuerza. Poe Dameron, que por algún motivo parece tener ahora un rango mayor, encabeza una misión suicida contra un destructor imperial. En realidad es solo una distracción para que la Resistencia pueda evacuar su base y huir, pero aprovecha la oportunidad para tratar de liquidar el destructor. Finalmente lo consigue, pero con una gran cantidad de bajas humanas, aparte de la pérdida de todos los bombarderos rebeldes. Visto así, parece una cara victoria, ya que las bajas entre la resistencia son proporcionalmente más graves que la merma que hayan podido hacer en la Primera Orden, pero Dameron debe ser muy tonto porque lo ve como un éxito. Ni se plantea que tiene ahora las manos manchadas de sangre. Además, como para justificar sus actos, en última instancia el destructor estaba apuntando a la nave rebelde donde se encuentra Leia Organa y estaba a punto de destruirla cuando el plan de Dameron los liquida. 
Lo más gracioso es que hay muchos más destructores que, por lo visto, se limitan a contemplar el espectáculo. El caso es que se ha realizado un fuerte sacrificio para que la Resistencia pueda huir. Tomad nota de esto, que luego volveremos a mencionarlo.
La Resistencia salta al hiperespacio, sintiéndose a salvo, pero la Primera Orden los sigue y, tras un momento de duda de Kylo Ren, destruyen la nave principal. Aquí hay una de las escenas más ridículas, con Leia usando sus poderes jedi para flotar por el espacio y salvarse. No solo es una de las secuencias peor filmadas y donde más canta el CGI, sino que contradice lo que sabíamos del propio personaje. Es cierto que ya se sabía que la Fuerza estaba en Leia, pero hasta ahora se limitaba a tener pequeños presentimientos y poco más. Recordando que en sus primeras películas era una mujer de acción, resulta confuso entender que liderara la resistencia sin hacer uso de ese gran poder que sin duda le habría ayudado a conseguir grandes victorias.
Mientras, Rey está con Luke y trata de convencerlo para que este sea su maestro. Aquí encontramos uno de los granes problemas el film. Este Luke no es el Luke que conocíamos, y el propio Mark Hammil (por más que luego le “invitaran” a rectificar sus palabras) así lo ha reconocido. Cierto que hay una excusa para que se retira a la soledad de ese islote (él presintió el poder de Kylo Ren -cuando aún era Ben Solo- y se planteó matarlo; no está muy claro si lo llegó a atacar o no, pero sin duda ese acto de desconfianza fue lo que precipitó al todavía niño hacia el Lado Oscuro). 
Me parece, sin embargo, una excusa muy pobre como para hacer quebrantar toda su Fe y decidir que los Jedi deberían desaparecer. Igual de poco creíble es su cambio de opinión cuando R2-D2 le recuerda que ese era el comportamiento de Obi-Wan Kenobi cuando acudieron a él. Y peor todavía es la aparición de Yoda que le hace, de nuevo, cambiar de opinion y tomar al fin parte en la batalla, demostrando lo claro de ideas que es este chico. Pero de eso ya hablaremos más adelante. 
El caso es que entre panorámicas muy bonitas y chistecitos varios Rey al fin logra empezar un mini adistramiento. ¡Como si lo necesitara! Aquí es donde descubrimos una nueva faceta de la Fuerza, mediante la cual Rey y Kylo Ren están mentalmente conectados. Lástima descubrir luego que no es más que un truco barato de Snoke, pero aún así, mola. Al final, Rey se enfrenta a su lado oscuro tal y como Luke hiciera en El Imperio Contraataca, pero estamos de nuevo ante una de esas escenas muy bonitas de lucimiento del director pero que no sirven para nada. 
Al final decide irse por donde ha venido, dejando a Luke solo. En una pataleta (porque tampoco es que quede claro el motivo) Luke decide quemar el árbol del primer templo Jedi en cuyo interior se encuentran los libros sagrados. Aunque en última instancia se arrepiente aparece el fantasma de Yoda y es este último quien finalmente destruye los textos, por más que en películas anteriores se dejara entrever que los “fantasmas de la fuerza” no pueden actuar físicamente. 
Lo peor de todo es la filosofía barata que le suelta a su antiguo alumno. Algunas de las cosas que le dice (el fracaso es el mejor maestro) se contradice directamente con sus propios ideales (no lo intentes, hazlo). Además, al finalizar la película se descubre que los libros sagrados habían sido “robados” por Rey y están a salvo en el Halcón Milenario así que, o el Yoda este es más tonto que un pepino y no se entera de nada o bien ya sabía que los textos no estaban en el árbol, con lo que todo lo que hace y dice deja de tener sentido alguno.
Mientras tanto, los de la Resistencia y la Primera Orden siguen en un enfrentamiento intelectual sin precedentes. Unos se limitan a seguir huyendo a una distancia mínima de sus enemigos (más tarde sabremos que el plan real es huir a un planeta minero cercano, cuando nadie mirase hacia ellos -se ve que el campo visual de las naves de la Primera Orden es muy limitado-). Los otros deciden, en un plan táctico sin precedentes, seguirlos hasta que se queden sin combustible. Un enfrentamiento épico, desde luego. El caso es que Leia está KO desde su despliegue de Fuerza y ahora manda una tal Holdo, de la cual Dameron (que no está nada fino en esta peli) no se fía un pelo y decide que Finn y Rose (una de mantenimiento que se pasa media película llorando la muerte de su hermana en el ataque al destructor pero que en ningún momento reprende a Dameron por ello) se vayan a un planeta casualmente muy cercano con el fin de entrar a escondidas en un casino, localizar a un tipo recomendado por Maz Katana, convencerlo para que los ayude a entrar en un destructor sin ser vistos, volver, colarse en la susodicha nave y escacharrar el sistema de seguimiento sin que nadie se entere. Y todo eso en las seis horas que se supone que les queda a los otros de combustible.
Muy lógico todo, sí señor. Como sea, la operación se va al traste por culpa de aparcar mal la nave (sí, parece un chiste, pero es así) y los detienen, con la potra de que tienen de compañero de celda a un tipo que parece tener las mismas cualidades que el contacto al que iban a buscar, así que -como con lo del arresto y eso empiezan a ir ya un poco justos de tiempo-, deciden confiar en él. Roban una nave (que sirve como excusa para que Johnson ponga un pequeño apunte político sobre el bien y el mal y los intereses económicos) y vuelven con la Resistencia. 
Mientras ejecutan tan elaborado plan Rey se ha limitado a aparecer junto a un destructor desde el hiperespacio, saltar al vacío en una especie de zapatero estelar desde el Halcón Milenario y dejar que este se largue pitando sin que nadie tenga tiempo de pegar un simple tiro. Y es que a veces los planes sencillos son los mejores.
De nuevo, como durante casi toda la película, van cada uno por su lado. Finn y su grupito son descubiertos y traicionados (¿alguien se sorprendió?) por el tipo chungo ese que interpreta Benicio del Toro, se lía parda, con intervención milagrosa de BB8 y termina todo con un enfrentamiento entre Finn y la capitana Phasma y con la malota cayendo al vacío, con lo que los que se quejaron de que este personaje les supo a poco en la película de Abrams tampoco es que lo hayan podido disfrutar mucho en esta. Al menos tenemos, eso sí, a un Finn más evolucionado y maduro.
Mientras, Rey es atrapada por Kylo Ren, que la estaba esperando, y es llevada ante Snoke. Aquí se produce uno de los mejores momentos del film, cuando parece que esa evolución de Kylo Ren que se inició en El despertar de la Fuerza va a culminar. Snoke se muestra como la gran amenaza que intuíamos, pero Kylo Ren lo traiciona y lo mata, con lo que nos quedaremos con las ganas de saber quien era en realidad, de donde venía y qué demonios son Los Caballeros de Ren. Demasiadas preguntas sin contestar. Hay al menos una genial escena de pelea contra los Guardias Pretorianos, que por lo visto no han entendido todavía que ya no hay quien les pague el sueldo. Es el mejor momento del film, con un enfrentamiento físico y mental entre Rey y Kylo Ren, cada uno por llevar al otro a su lado de la Fuerza y que culmina con el pequeño Solo convertido en el nuevo Líder Supremo.
A todo esto, la Resistencia decide huir a ese planeta minero, con Leia ya recuperada. El plan es usar la nave principal como distracción y evacuarla en pequeñas naves hasta la fortaleza abandonada que hay en el planeta. Como digo, por algún motivo suponen que nadie se va a dar cuenta de que hay un buen puñado de naves volando por ahí, pero tampoco es que importe demasiado, pues con la traición del contrabandista, la Primera Orden se entera de los planes de la resistencia y empiezan a bombardearlos, destruyendo un montón de naves. Holdo se sacrifica entonces, quedándose ella sola en la nave principal y lanzándola a hipervelocidad contra el destructor, destruyéndolo. Es una escena visualmente impresionante (y no apta para tontos, mucha gente se quejó en los cines por un supuesto fallo de sonido), pero recordadla bien, que también volveré sobre ella más adelante.
En fin, que tenemos a un montón de los buenos muertos y el puñado que quedan escondidos en la base del planeta Crait. Recordemos lo hecho por la Resistencia hasta ahora: atacar un destructor provocando la muerte de un montón de soldados de la resistencia y quedándose sin bombarderos, enviar a dos agentes a un Casino a encontrar a un pirata informático con el que al final no contactan por aparcar la nave en un sitio prohibido. Entrar escondidos en un destructor y ser descubiertos por culpa de disfrazar a BB8 bajo una caja metálica que le hace ir chocando contra todo. Sacrificar una nave y a un alto mando para hacer una evacuación que termina frustrada por la traición del contrabandista DJ. Vamos, que llevamos casi dos horas de película y aún no han hecho una a derechas. Y atentos, porque ahora viene su mayor momento de gloria. El nuevo plan consiste en esconderse como ratas y enviar una llamada de ayuda con la esperanza de que alguien pase por ahí y no se le ocurra nada mejor que desafiar a la Primera Orden y rescatarlos. 
Y aunque envían la señal y toda la galaxia la recibe, nadie, repito NADIE, quiere ayudarlos. Es el fin de la esperanza y de la resistencia, ya que nadie cree en ellos (¿o será que en muchos planetas les importe un pimiento quién gobierne y no están tan preocupados por la presencia de la Primera Orden?). Mientras se lamen las heridas las naves enemigas atacan, y por algún motivo ellos dejan las puertas abiertas hasta que se les echan encima, llegando a colarse hasta dentro una de ellas. Pero no pasa nada, es la de Finn y Rose, que se unen de nuevo a la Resistencia después de pasarse toda la peli dando tumbos por ahí para nada.
La Primera Orden, en lugar de arrasar el planeta desde los Destructores, bajan a tierra firme y se enfrentan a las arcaicas naves de la Resistencia. Estos se ven perdidos, con Rose sacrificándose para salvar a Finn, cuando aparece Luke. Es un momento intenso, con el reencuentro después de mucho tiempo, entre Luke y Leia. Además, es un detalle que mientras se hacen chistes sobre el peinado y se intercambian caritas tristes con el recuerdo de Han Solo presente, los de la Primera Orden detengan su ataque y dejen que la despedida sea pausada y emotiva.
Luke se enfrenta a Kylo Ren. Es una gran escena, con tientes de western clásico, pero de nuevo se estropea el personaje del villano, que da un paso atrás en su evolución con nuevos ataques en los que pierde ridículamente los estribos. Al final se descubre que es solo una treta, que se trata de una imagen proyectada de Luke para que la resistencia tenga tiempo de huir por detrás, gracias a una poderosa Rey que ha regresado al Halcón Milenario. La Resistencia, cuatro gatos ahora, huye y Luke muere por el esfuerzo.
La película finaliza con unos niños comentando la gesta de Luke e, inspirados por él, representando una nueva esperanza para la Resistencia (uno de ellos incluso parece tener el don de la Fuerza). Sin embargo, este final no deja de ser una manipulación para lo que en realidad es un final negativo. La Resistencia está mermada y nadie acude en su ayuda, esa es la moraleja definitiva. Que a modo de escena postcréditos (que a lo que recuerda el momento de los niños) nos inviten a imaginar que, de alguna manera, toda la Galaxia se ha enterado de lo sucedido en Crait (supongo que algún piloto de la Primera Orden lo habrá twuiteado en directo) y haya una generación que dentro de quince años forme una nueva resistencia no evita que al final la Resistencia queda exactamente igual que al empezar la película (huyendo y sin apoyos) pero mucho más mermados. 
En realidad, esa frágil esperanza solo sirve para maquillar una de las muertes más inútiles de la historia del cine, que deja en evidencia a los que criticaban el final de Han Solo en el despertar de la Fuerza. Y es que una vez más se peca de lo que condena a la película, la historia no importa con tal de justificar a la imagen. 
Porque sí, la muerte de Luke es visualmente muy hermosa, con esa puesta de sol doble que recuerda a su primera aparición hace ya treinta años, en Una nueva esperanza, pero eso no debe obviar que al final muere (se sacrifica) única y exclusivamente para permitir que la Resistencia huya. Exactamente lo mismo que hace la hermana de Rose al empezar la película o la vice almiante Holdo a mitad de la misma. Es decir, que Luke es la tercera persona en morir por permitir que la Resistencia escape, pecata minuta para el que se suponía el gran héroe de la saga. Y, además, en la práctica no muere el combate, sino por agotamiento. Si desde el primer momento hubiese actuado en consecuencia y hubiese adiestrado a Rey posiblemente ella misma podría haber empleado ese truco (o muchos otros más efectivos) sin debilitarse tanto.
Esta es la constante de la película. Escenas bonitas y espectaculares, bellos paisajes, coloridos asombrosos, pero nulo guion. Paja y muchas tonterías para desvirtuar a unos personajes a los que se les tiene mucho afecto. Ni siquiera BB8, pese a tener un papel mucho más activo que en El despertar de la Fuerza, mejora con respecto a su primera aparición.
Se decía que El despertar de la Fuerza parecía casi un remake de Una nueva Esperanza, por más que yo insisto en que era un regreso a las raíces necesario tras las precuelas de Lucas. Pero sea como sea, se trataba de un remake más visual que conceptual. Aquí, Johnson hace justo lo contrario. Visualmente la película parece muy novedosa, alguien dice por ahí que incluso arriesgada, pero la verdad es que esto sí es un remake que mezcla claramente El Imperio Contraataca y El retorno del Jedi.
Veamos, tenemos a los héroes separados, luchando cada uno por su lado. Tenemos a Rey siendo entrenada por Luke como el propio Luke lo hizo en manos de Yoda. Incluso se calca la escena de la aprendiz entrando en un lugar donde el Lado Oscuro es poderoso. Tenemos a Kylo Ren tratando de convencer a Rey para que se una a él en el Lado Oscuro, igual que Vader lo intentó con su hijo. Tenemos una revelación sobre los orígenes de la protagonista. Tenemos un contrabandista (aquí es DJ, antes fue Lando Carlissian) que termina traicionándolos (al menos aquí no hay redención, al menos algo cambia). Y tenemos al Líder Supremo muriendo de una forma tan aparentemente sencilla como lo fue el Emperador Palpatine, aquí en manos de Kylo Ren, antes en las de Darth Vader.
Se acusó también a Abrams de ser poco original en cuanto a los escenarios, usando paisajes naturales, con planetas desérticos o boscosos. Aquí no mejora mucho la cosa. El casino del planeta Canto Bight está en las playas de Dubrovnik, Ahch-To vuelven a ser unas islas irlandesas y la batalla exterior de Crait, lo más novedoso del film, es el Salar de Uyuni, en Bolivia. Así que, creatividad, poca.
Hay, además, un esfuerzo de Johnson por lanzar un mensaje antieclesiastico que no se muy bien si viene a cuento. Aquí se identifica por primera vez a la Fuerza como una religión, y la insistencia por criticar a los Jedi, a los que se describe como soberbios, y desprestigiar los textos sagrados es una clara alusión al papel de la Iglesia con respecto a la Fe católica (hay, incluso, monjas que cuidan de Luke en su retiro espiritual).
Finalmente, mi última pega con la película es cómo empequeñecen el Universo. Se supone que Snoke es el lider supremo, quien gobierna a toda la Primera orden. E El despertar de la Fuerza no se conocía su paradero y la escena del discurso del general Hex imitando al régimen nazi daba la sensación de que había una sede desde donde se organizaba el ejército invasor. Puede que se deba a causa de la destrucción de la StarKiller, pero en esta nueva película no solo los rebeldes son cuatro gatos, sino que da la sensación (con Snoke viajando en un destructor) que la Primera Orden son también un escaso puñado de naves. Vamos, que esto, más que una guerra galáctica parece una batallita entre bandas. De hecho, la normalidad con la que se vive en Crait o la falta de ayuda de la resistencia invita a pensar que a muy poca gente a lo largo de la Galaxia la importa demasiado quien sea quien les gobierne. siendo rebuscados, alguien podría incluso buscar una alegoría política. Teniendo en cuenta que aquí no hay genocidios ni ataques a civiles, ¿podría estar planteando Johnson que la Primera Orden simboliza la estabilidad del poder y la Resistencia son los villanos anárquicos?
En fin, que se trata de una de las películas más planas de la saga, a la que se le podría haber recortado perfectamente hasta una hora de metraje, que visualmente es perfecta pero cuyo argumento traiciona la esencia de la propia saga y no sabe aportar nada nuevo salvo algunos peluches que se vana vender muy bien estas navidades y un poco de odio en el fan.
Esperemos a ver que hace Abrams en el siguiente episodio, pero no se lo han dejado nada fácil tras una película con aroma a cierre de saga, que le trunca todas las tramas abiertas en su inicio de trilogía, y para la que solo queda ver el (se supone) definitivo enfrentamiento entre Rey y Kylo Ren.

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