domingo, 10 de julio de 2016

UN ESPÍA Y MEDIO: Una tontuna que cumple su cometido.

Cuando algo se pone de moda se suele sobreexplotar hasta el aburrimiento. Ya hablé en alguna entrada de finales del año pasado sobre la burbuja de las comedias de espías y la cosa no tiene aspecto de aflojar.
Un espía y medio no es gran cosa, no está en la línea de pequeñas joyitas como fue Kingsman en su momento (veremos qué sale de su secuela) o la infravalorada Operación U.N.C.L.E., pero tampoco un despropósito como Agente contrainteligente. Se encuentra más bien en la línea de Cuerpos Especiales o Espías, películas facilonas y previsibles pero que ofrecen justo lo que prometen.
Todas ellas, además, se caracterizan por ser también buddy movies, es decir, películas de colegas. Pero como se trata de comedias, los colegas son siempre lo más antagónicos posibles. Como antagónicos son (tanto como actores como en lo que se refiere a sus personajes) Dwayne Johnson y Kevin Hart, los protagonistas de Un espía y medio.
Bob Stone y Calvin Joyner se conocieron en el instituto. Mientras el primero era el gordito excéntrico blanco de todas las bromas crueles, él segundo era la estrella de la función, el líder nato que lo tenía todo para triunfar en la vida. Pero la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios! y Calvin es ahora un contable con complejo de fracasado cuya única proeza es la de seguir casado con su novia antaño (la más guapa del insti) mientras Bob es un super agente de la CIA de cuerpo escultural y grandes habilidades. Pero también metido en problemas para salir de los cuales va a precisar de la ayuda de su antiguo colega.
Clásica comedia de ritmo frenético, espectaculares tiroteos y suficientes estupideces para provocar más de una carcajada, Un espía y medio logra sortear el peligro del ridículo ajeno que ronda en más de una ocasión (ese Dwayne Johnson aficionado a los unicornios) y logra incluso que no se indigeste uno con la presencia de Hart, más comedido de lo habitual. Así, sin ser tampoco nada del otro mundo, logra entretener y contiene algún gag especialmente inspirado que la elevan algo por encime de lo esperado, además de agradecerse alguna que otra presencia popular como Jason Bateman, Aaron Paul o Melissa McCarthy.
Esto es lo que hay y, seamos sinceros, ver a “The Rock” repartiendo estopa siempre mola, ¿no?

Valoración: Seis sobre diez.

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